Atascados en el pasado ¿Cambiamos el futuro?

12. Algunas sorpresas más... ¿Por qué esa cama es tan grande?

– Como sea – los interrumpió Lucius – los ganadores son... Los Potter

– ¡No! – se oyeron los gritos de varios

Lucius los acallo con la mirada y les informo – si bien los Malfoy estuvieron muy cerca de ganar, fue la presentación del pequeño Albus la que por fin logro corromper el tranquilo semblante de Severus Snape, amigo mío lo siento mucho – le dijo a Snape – pero te use de referencia, eres difícil de descolocar y ese niño deberás que lo logro, en algunas ocasiones algún detalle te sorprendió, pero recuperabas la calma de inmediato y con él bueno creo que aun sigues algo conmocionado – le informaba con diversión

– y yo creo Lucius que ya estas senil, soy un muy capaz espía – dijo tratando de recuperar algo de la dignidad que ese mocoso, copia del niño que vivió para atormentarlo aún más, le había quitado

Después de algunas aclaraciones más, todos comenzaron a degustar de las famosas pizzas que en un instante habían llegado, cortesía de Blaise y Draco del futuro, los jóvenes sangre pura de 1995 miraban asombrados la forma en la que el resto de los presentes comía (devoraba) aquellos trozos, pero fueron sus propios hijos los que finalmente decidieron inícialos en el sublime mundo de la comida chatarra muggle, así que Blaise, Ron, Theo, pero en especial Draco engullían la mayor cantidad de pizza que podían y años de rigurosa etiqueta quedaron en el olvido inmediatamente después de las dos primeras mordidas.

Las acaloradas charlas en las ahora más bulliciosas familias inicio y las preguntas comenzaron al fluir conforme la tarde se convirtió en noche: Blaise le coqueteaba con la versión joven de Ginny manteniéndola al borde de un colapso nervioso mientras su yo más joven anotaba mentalmente la manera más adecuada de seducir a su futura esposa, Ginny reñía con sus hijos para que no murieran de una sobredosis de peperoni, la cantidad que habían ingerido además de ser escandalosa seguía aumentando con cada rebanada y no parecía que algo además de su furiosa madre los detendría – pero mama – replicaba Arthur Draco exhibiendo la mitad de un trozo de pizza a medio engullir – si solo hemos comido una pizza y media, aún tenemos hambre... además recuerda estamos en pleno desarrollo – y le sonrió muy a lo Weasley

– más bien parecen estar en pleno desenrollo, Vincent por el amor de Merlin primero come una rebanada y después la otra – regaño Ginny mientras su hijo trataba de dislocar su mandíbula tratado de atiborrase de la mayor cantidad de pizza que pudiera.

Theo ambas versiones junto a sus hijos tragaba cual león en pleno festín o para en términos más simples: Ron en su primera cena en Hogwarts, el joven Theo no entendía como algo tan simple podía ser tan... Salazar tan... sus pupilas gustativas estaban en el cielo – son unas bestias – les dijo Amelia con reproche mientras comía con la misma calma y serenidad que su madre, ninguno le hiso caso.

Ron en cambio por alguna razón parecía ser el devorador más civilizado de la comarca, porque si bien estaba comiendo una grosera cantidad de pizza, lo hacía con calma y conversaba con su familia que por increíble que pareciera estaba disfrutando de casi las mismas cantidades que él mismo – veras – le decía a su yo más joven mientras terminaba con la primera caja de pizza – cuando probé por primera vez esta delicia me atiborre tanto que no pude comer nada al día siguiente, la clave está en que...

– Comas despacio y disfrutes cada rebanada papa – interrumpió Hugo a la versión más actual de su padre, para instruir a su padre más joven.

– Si bien es cierto que no me agradan ni tantito las cantidades que ingieren – decía Pancy a su versión más joven – no puedo hacer mucho para evitarlo, los tres o bueno ahora cuatro son unos barriles sin fondo, me sigue sorprendiendo el no tener que sacarlos rodando de los restaurantes cuando salimos a comer fuera, además con el tiempo yo misma he comenzado a comer un poco más – su yo la vio asustada – solo un poco no te alarmes – y continuo hablando con ella sobre los modales de mesa que su muy tragona familia tenía una vez que entraban en confianza mientras ambas observaban como sus hijos instruían a él joven Ron la mejor manera de ingerir esa obscena cantidad de alimentos.