Estrellas sobre la Luna

Prólogo

Nunca me había imaginado como iba a desaparecer de este extraño mundo, simplemente quería escapar y llegar a un lugar que nadie sepa donde estoy; en ese mismo instante miré las estrellas que sobrepasaban el raro esplendor de esa brillante luz plateada que iluminaba todo el lugar, ese extraño fenómeno que le decían llamar La Luna.

Me dije: ¡Ahí quiero escapar, quiero estar sola; irme de este extraño mundo que realmente es cruel!

Seguía contemplando la rara estructura de ese fenómeno tan hermoso y las estrellas que lo sobrepasaban. Tenía las expectativas que podía llegar volando algún día en la noche y tocar la Luna y las estrellas para oír el silencio de la noche y sentir ¡nada! Pero mi pregunta era: ¿Cómo lo haría? Y ahí supe que nunca sucedería, simplemente tenía que aceptar la realidad y afirmar que es un sueño y nada más.

Y aún seguía mirando hacia el cielo hasta que miré la hora, era las 12:00a, lo ignore; solamente quería quedarme viendo las estrellas que brillaban sobre la hermosa Luna plateada. Contemplando intensamente el alusinante cielo nocturno, hasta que al final me quedé dormida en la ventana de mi habitación, respirando el aire fresco de la noche y la acogedora luz de La Luna y las Estrellas.

Llegó la mañana siguiente, un día de asco como todos los demás. Mi vida era como un disfraz, trato de ocultar mi dolor con una sonrisa más falsa que la amistad de un puma y siervo. Era hora de irme al liceo o a una cárcel mejor dicho, la preparatoria era como una prisión con barreras de hierro, un lugar sin escape ni salida.