Estrelladas en el baño (Flozmin)

Bueno, se me dio por la comedia, jajaja. No sé. De pura amateur. Pero se me ocurrió está idea y quise reflejarla. Está más basada en Carla, Lucía, Miranda y Virginia que en Flozmin, pero no deja de ser un Flozmin a su manera.

No quiero spoilear así que no diré más nada.

La novela Las Estrellas, ni sus personajes, ni sus locaciones, ni nada de esa maravilla de historia me pertenece. Si me pertenecieran: 1) No sería un éxito; 2) Flor y Jaz estarían casadas y la raba dañina no existiría más que en el recuerdo.

Estrelladas en el baño.

-¡Lu! ¡Lucía! ¿Queres parar de una vez? – una desencajada y jadeante Carla hacia esfuerzos para que su hermana, su siempre malhumorada, tirante y áspera hermana, no destrozará el cuarto de Flor en su busqueda – no ves que Flor no está acá...

-¿Cómo que no está? ¿Por qué no me avisaste? – a su mes de embarazo, el humor de Lucía era el peor enemigo del Estrellas Hotel. Más este día. Todo porque las hermanas se enteraron de que Flor está saliendo con la cocinera. Con Jazmín. Con una mujer.

Carla levantó los brazos al cielo pidiendo paciencia – vengo diciéndotelo desde que subiste al ascensor – y trato de acomodarse el cabello – me hiciste subir por las escaleras, Lu... mira como estoy – señaló su agitación.

-Deja de morfar y no te vas a agitar subiendo dos escalones – Lucía no era la reina del tacto, ni nunca lo sería.

-Deja de maltratarme, Lucía - Carla hizo una mueca de agobio - ¿Crees que me gusta comer por ansiedad? – preguntó.

Lucía meneó la cabeza y resopló – No...

Carla negó – Si... lo que no me gusta es engordar...

-Sos una boluda, Carla – Lucía giró alrededor buscando algo o, más bien, a alguien - ¿estás segura que no está? – su hermana le señaló el cuarto vacío - ¿te fijaste en el baño?

-No, pero si estuviera en el baño ya... - Carla quería terminar la frase con un "nos habría escuchado", pero Lucia no parecía de humor para racionalizar nada - ¡Lu! – se volvió a quejar su hermana viéndola desaparecer por la puerta

Lucía entró al baño y cerró la puerta de un empujón, dándole a Carla el tiempo justo para evitarla y quedar del lado de dentro - ¡Aiiiiaaaa! ¡Nena! Casi me rompes la nariz – se quejó para, luego de una pausa, agregar – ves que no está acá.

-¿Dónde se metió esta mina? – rezongó Lucía.

No tuvo tiempo de quejarse mucho porque la puerta se abrió con un estruendo intenso que las hizo dar un salto a ambas. Una Virginia con cara de pocos amigos, escoltada por Miranda, irrumpía en el baño de Flor.

-¿Qué mierda están haciendo acá ustedes dos? – Vir tenía la lengua suelta y filosa últimamente – No tienen porqué entrar acá de esta manera, salgan del cuarto de mi hermana ya.

-Este cuarto, este baño – Lucía apuntó al espejo – ese espejo – levantó y tiró el jabón a la bañera – ese jabón, esa bañera, todo lo que ves – señaló con el dedo alrededor – también es mío.

-Es de todas – corrigió Carla.

-Es de todas, pero este es el cuarto de Flor – Virginia se paró bien derecha frente a sus hermanas – no hay derecho de venir en este plan – movió la cabeza dirigiéndose a Lucía - ¿acaso a vos te gustaría que invadiéramos tu casa y revisáramos tus cosas?

-Ya lo hicieron a eso – replicó la interrogada – incluso algunas me usaron la cama para hacer chanchadas con el gerente.

-¡Cállate boluda! – se defendió Carla.