Capítulo 8

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Terminé haciéndole caso a Michael, sobre todo después de la clase de hoy. No entendí nada de lo que habló el profesor en esta lección sobre las asíntotas y demás cosas que ya he olvidado ahora, no sabía si iba a poder con esta materia.

Así que terminé en casa de los Wilkinson tocando la puerta, esta vez sí venía por ayuda y no para solo conversar con Elisse.


—Heeey, ¿cómo está la mejor amiga del mundo?

—Hola, ahmm bien, ¿qué pasó? —Pregunta Elisse.

—¿Quieres ayudarme a estudiar geometría analítica hoy?


Ella asiente con la cabeza y se hace a un lado para dejarme pasar.


—¿Y tu mamá?

—Se fue al trabajo de mi papá, saliendo de su oficina iban a pasar a comprar unas cosas.


La seguí hasta la escalera y subimos a su habitación. Apenas entramos, me acomodé en el piso y saqué mis apuntes mientras Elisse buscaba los suyos en su mochila.


—Creo que no te conté que Hollie fue a visitarnos ayer.

—¿En verdad?

—Estuvimos hablando un rato, sobre mi papá y su boda en Florida, se casa en dos semanas.


Elisse regresa con su cuaderno y se sienta a mi lado, cruzando doblemente las piernas.


—No pienso ir.

—¿No lo perdonarás jamás?

—Lo perdoné. —Le respondo—. Pero no pienso ir, no quiero... ¿Sabes? No hablemos más de esto, vine por ayuda y siempre termino distrayéndome hablando mi vida, hagamos esto.


Abrí mi cuaderno y entonces le enseñé los ejercicios que vimos en la clase de hoy para que viera la mejor forma de ayudarme a resolverlos. Elisse buscaba en sus apuntes todo lo que tuviera que ver con las asíntotas y maldecía el no estar en su clase, al parecer su profesora explicaba mucho mejor que el mío... O tal vez el mío si explicaba bien pero su clase jamás ha sido de mi interés.


—Y una vez que ya tienes la función, se supone que la gráfica debe quedar así.


Elisse suelta su lápiz una vez que termina de dibujar una gráfica en mi cuaderno, me quedo ahí observándola escribir una vez más en la hoja mientras saco un cigarrillo de mi bolsillo, lo enciendo y dejo salir el humo después darle la primera calada.


—Apaga eso. —Me pide—. Vas a hacer que mi habitación termine oliendo a tabaco y yo no fumo.

—¿Alguna vez lo has probado?

—No.


Le extiendo el cigarro, pidiéndole que lo tome.


—No sé cómo hacerlo, me voy a ahogar si lo hago. Además, eso pudre nuestros pulmones, ¿no has visto cómo quedan?

—No y no me interesa verlos, anda, prueba.


Elisse finalmente lo toma, lo pone entre sus labios y le pido que le de la primera calada.

Antes de enamorarme de ti [3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora