Parte única.

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Se cruza con SeungCheol en el pasillo, sus manos se rozan ligeramente. JiHoon no necesita mirar para saber que ha volteado ligeramente su cabeza y que ha sonreído. 

El también sonríe apretando sus labios, pero intenta disimularlo porque WonWoo lo estaba esperando al final del pasillo. Por suerte, su perspicaz amigo no ha visto nada porque tiene sus ojos pegados sobre el nuevo libro que se compró el día anterior. Así que cuando llega a su lado, palmea su hombro. 

— Vamos, SoonYoung y Jun nos esperan— habló y el mayor entre los dos, sonríe. 

— No creas que no vi lo que pasó ahí — comentó, acomodando su mochila con esa sonrisa en su rostro que JiHoon odia a veces.  Se pregunta si es un brujo o si tiene varios pares de ojos.

Su espalda está apoyada contra el sofá, está sentado en el suelo. El ventanal que recorre el camino entre el techo y el suelo está completamente abierto. El aroma de tierra húmeda y la caída de la lluvia, todo ante sus ojos. Únicamente el paisaje era interrumpido por la figura de SeungCheol. El muchacho lo miraba intensamente.

JiHoon ladeó la cabeza, evitando sus ojos. Siempre lo ponían incómodo porque su forma de mirarlo era tan intensa que hacía que se le revolviera el estómago y su rostro se pusiera rojo. Además, el aire se volvía espeso y sentía que estaba al borde de una catástrofe, de confesarle sus sentimientos. 

Todo el mundo le decía que era obvio que SeungCheol estaba enamorado de él, pero no podía dejarlo al  libre albedrío. ¿Qué pasa si le dice eso que ha estado guardando por años y, de pronto, resulta que eso que todos veían no era tan así? No quería pasar una vergüenza frente a la persona que se había convertido en el amor de su vida con el paso de los años. 

Pero, como siempre, se metía en esa clase de situaciones con él. En esas donde parecía que se decía mucho sin ninguna palabra.  

SeungCheol se acercó lentamente, convencido de que era el momento adecuado. Acomodándose al lado del menor, lo hizo todo lentamente para no incomodarlo. Sin embargo, JiHoon permanecía tranquilo.

Pero no pudo permanecer en ese estado por mucho tiempo, no teniendo al mayor tan cerca y mirándolo únicamente a él, como si fuera lo único importante en ese momento.

¿Cuántas veces habían estado en situaciones similares? Siempre parecía que ese era el momento. Pero por una u otra cuestión, todo quedaba en la nada. Además, que JiHoon no era absolutamente nada hasta que él lo dijera.

Pensó que cualquier cosa lo salvaría. Que su gato se pondría a llorar, que su teléfono sonaría, algo. Cualquier cosa. Como siempre pasaba. Pero los segundos transcurrían dolorosamente bajo los ojos de SeungCheol y nada lo rescataba de esa asfixiante situación.

SeungCheol se inclinó un poquito más, lo suficiente para tener su rostro muy cerca de él.

— JiHoon, mírame.

Temeroso, pero haciéndose el fuerte, lo miró como fingiendo que entre los dos no pasaba nada. Pero pronto, su rostro se fue tiñendo de rosado hasta sus orejas.

¿Por qué tenía que estar así de cerca? ¿Por qué tenía que ser así de intenso? ¿Por qué tenía que ser jodidamente atractivo? ¿Por qué sus ojos eran tan profundos? ¿Por qué su mirada era tan amable? ¿Por qué sólo podía pasear su vista entre sus ojos y sus labios?

Las preguntas se acabaron cuando toda su existencia sintió como el mayor se acercaba más y más. Pero, cuando sus labios estaban a punto de tocarse, JiHoon apoyó su dedo índice sobre los de SeungCheol.

— Dilo primero — susurró.

La mirada del mayor se alejó de su boca hasta sumergirse en los ojos oscuros del menor, más oscuros con la noche sin luna fuera de la ventana. Entonces, entendiendo lo que le pedía, sonrió apenas.

— Estoy muy, muy, muy enamorado de ti — sin tener que elevar mucho el tono de su voz, habló contra su índice antes de dejar un beso allí.

JiHoon sonrió. Entonces era cierto, las palabras que tanto había deseado escuchar durante mucho tiempo.

Sus dedos se deslizaron para acunar su mejilla, entonces él lo besó.

— No es justo porque tú no lo dijiste — se quejó SeungCheol, haciendo un puchero.

— También estoy muy, muy, muy, enamorado de ti — lo imitó, soltando una risita.

Entonces sí, SeungCheol lo besó con ganas, sujetando con cariño su cuerpo un poco más cerca. A pesar de que ahora sí, el gato se había puesto a maullar en la cocina.

say it first / jicheolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora