"Ella, la zorrilla"

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La oficina es un lugar enorme, con suficiente espacio como para armar una fiesta con tragos y de mas. El piso es de un color café intenso y pulcro; las paredes de un rosa-salmon que hacia que la instancia se viera aún mas grande; las ventanas dejaban al descubierto el hermoso páramo de Gales, estas por su parte tenían puestas unas cortinas de fino terciopelo de color salmon, pero mas opaco que el de las paredes. También tenia un sillón de un color carmesí, y un escritorio de mármol con tallados del mismo color que del piso.

- Sr. Blackstoon, ¿Se encuentra bien? - se encontraba de pie junto a mi escritorio una señorita de unos veintiocho años de edad, era una joven de hermosa figura y un rostro muy juvenil. Tenia los ojos grandes color café y unas pestañas largas y risadas. Su cabello era de un color café claro y su piel suave y blanca.

- ¿Ya te dije lo hermosa que eres? - la mire y pude notar que sonreía. La extrañaría y mucho, era tan bella y había pasado momentos únicos junto a su lado y era la única que logra hacerme olvidar los problemas que tenia en casa.

Vi como avanzaba hacia mi y se sentaba en mis piernas, cogí su bello rostro y la bese, la bese como si no existiera un mañana. La cogí de la cintura y la cargue, la tire en el sillón, con cuidado de no golpearla y el resto es historia.

Ahora me encuentro en el auto, es casi ya media noche, para ser mas precisos faltaba una hora y media para la media noche, y por tanto era hora de ir a casa puse en marcha mi auto hacia Galés. Mi trabajo no estaba tan lejos de casa, tampoco estaba tan cerca y Jess (mi secretaria y mi amante) no viva tan lejos del trabajo, y es en su casa en donde pasaba la mayor parte del tiempo. De lejos pude notar que todas las luces estaban apagadas, de seguro ya estaban dormidas.

"Adiós mariposa"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora