HoSeok apodado como Hope, fue convertido en esclavo sirviendo como luchador del bajo mundo de las peleas ilegales, clandestinas y trabajos sucios, la mayoría, combates a muerte. Fue tratado y entrenado como un perro por su dueño NamJoon. En un acci...
Nam se encontraba como siempre, de traje negro, impecable y elegante, de su mano colgaba una cadena, estaba frente a la jaula de su perro, se quedó mirando hacia adentro de las rejas de manera fija por un momento, antes de acercarse y abrirla. Enganchó la cadena opaca medio oxidada al collar metálico tirando de él obligándolo a levantarse.
–Vamos Hope, hay trabajo por hacer –. Dijo en voz clara y alta, el sonido de sus zapatos contra el suelo al igual que el de la cadena balanceándose llenaba aquella parte del lugar, resonando entre las paredes de acero de aquel gran lugar.
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En el centro de un almacén se encontraban Nam y HoSeok junto a un grupo de negociantes.
Seok mantenía la cabeza baja, sus manos no dejaban de moverse entre sí y su ropa estaba sucia, no estaba poniendo atención a su alrededor.
En cuanto Nam terminó de escuchar a los contrarios, se acercó a HoSeok, su mano paró en el collar pesado y metálico que portaba. Solo un click bastó para indicar que el collar había sido abierto.
Los ojos de HoSeok se dilataron haciéndolos ver negros, su cabeza se alzó un poco agudizando su oído prestando, ahora, atención alrededor.
– Adelante –. Dijo Nam en su oído terminando de quitar el collar y solo aquello fue suficiente para que Seok tuviera un cambio de personalidad drástico. De ser un ser inofensivo a ser un perro salvaje.
Se abalanzó contra el primero dando un salto hacia atrás golpeando su rostro de manera bruta en el proceso. Apoyado en sus manos, se preparó para enderezarse y girar atacando a golpe limpio y certero a quien se le acercaba por la espalda. Se acercó a otro par golpeando de manera repetida y grotesca en la tráquea a uno de ellos, el cuerpo se agitaba con cada golpe, la boca del hombre empezaba a gotear sangre, su cuerpo terminó por caer hacia atrás con un sonido sordo.
Hope no dejaba de gruñir de manera gutural hacia ellos.
Uno más de la cuadrilla se acercó corriendo, error. HoSeok dando una patada en su estómago lo mandó a estamparse contra un estante, cayó el maleante y encima de él un par de cajas dejándolo sepultado debajo.
Parecía no acabar aún, un pálido lo atacó creyendo que le dañaría, Seok lo hizo trastabillar, haciéndolo caer para inmediatamente subirse en su espalda y golpear con fuerza zu cabeza contra el suelo, el hombre debajo soltaba quejidos cada vez más apagados.
– ¡Hope! –. Gritó Nam al ver como el líder del grupo sacaba un arma. Seok de inmediato se movió tomando una de las cadenas que habían desperdigadas en el suelo, lanzándola con velocidad hacia el hombre, le pegó de lleno en el rostro. HoSeok aprovechó la tontez del contrario para contraatacar, ató la misma cadena alrededor de su cuello azotandolo contra el escritorio de caoba que había ahí.
– Muy bien Hope, ese es mi chico –. Añadió Nam con una risa socarrona acercándose al par, Hope había parado los movimientos manteniendo sujeto al hombre con la cadena. – Si me deben dinero, espero que me lo devuelvan –. Habló al estar ya frente a ellos. — No hay billetes, se abre el collar. Hay billetes, el collar permanece en su lugar, reglas tan sencillas –. Continuó hablando antes de buscar entre la ropa del hombre sacando de ahí un par de anillos los cuales revisó con cuidado. Los sostuvo un momento más entre sus dedos. – Se ven bastante bien –. Mencionó guardandolos en su bolsillo –. Volveré después y espero tengas mi dinero, no habrá segundas oportunidades –. Sostuvo el collar de Hope poniéndolo alrededor de su cuello, el chico de inmediato pasó a ser una persona quieta. – Vamos Hope boy.
