Empty bottle.

1.7K 115 120
                                    

" Diamonds in your pocket will take my pain away, darling..."
La música proviniente del viejo gramófono resonaba por la sala cuando el gitano entró. Otra vez la puta Rubí Jones y su desfasada cancioncita... No entendía para nada los gustos de Graves, quién se había dejado el aparato encendido. "Maldito malnacido", murmuró apagando el trasto.

El sol comenzaba a descender por la bahía de Aguas Turbias. Justo a esa hora los bandidos y malechores empezaban a salir de sus guaridas, como ratas. Pero para Twisted la jornada había concluido. Y de modo fructífero, así lo dictaminaban sus bolsillos llenos de plata.

Se dirigió a la despensa del cochambroso apartamento, tomando una botella de etiqueta dorada: el wisky favorito de Malcolm, se relamió.
Virtió una cantidad generosa en un vaso con hielo y se llevó su dulce néctar a los finos y secos labios. Un pequeño estremecimiento de placer le recorrió la espina dorsal. Delicioso.

El gitano sabía que su compañero no llegaría hasta poco antes de la media noche, lo que le permitia descansar un poco y enfocar sus ideas a la víspera de mañana: si todo salía tal y como lo habían planeado, podrían al fin abandonar ese tugurio y dedicarse un largo tiempo al derroche y al despilfarre.
Se sentía ansioso y, que mejor modo que aplacar ese sentimiento, que vaciando una botella. Se sirvió un segundo vaso, acompañándolo de un cigarrillo. La nicotina perpetró en sus pulmones, brindándole un sentimiento de sosiego. "Joder", pensó, estaba jodidamente enganchado a esa substancia. Y hablando de adicciones, existía una especialmente implacable y letal: la que el bribón sentía hacia Graves: Ese fuerte pecho sembrado de pelo oscuro en el que infinitas veces se sorprendía pensando, ese acento tosco y grave, esas manos rudas que se aferraban a sus glúteos con fuerza y firmeza. Ese hombre... El hombre con el que estaba tirando por la borda sus aspiraciones, su dignidad y, en definitiva, su vida.

Habían transcurrido tanto tiempo y tantos tragos desde que comenzó a compartir su lecho con él, que ya no recordaba un día sin el sabor de su saliva y su semen. Sus vivencias se antojaban borrosas, aún que también había que acusar de ello que la mayoría del tiempo lo pasaban ebrios.
Pero así era y no había nada que el gitano pudiese hacer para librarse del inevitable. Podía hacerse el esquivo, mas la grandilocuencia y el ingenio de la que presumía Twisted eran irrelevantes ante aquella bestia, que le follaba cada noche sin tregua alguna.

🌹

El reloj marcaba la una cuando una imponente presencia cruzó el umbral de la puerta:

—¿Cómo han ido hoy las apuestas? —La voz ronca se dirigió a Twisted, quién, con media botella entre pecho y espalda, comenzaba a evidenciar su borrachera.

—¿Cómo van a ir? —rió el gitano ante la estúpida pregunta. El maestro de la fortuna era implacable en todas sus jugadas.

Twisted tuvo intención de preguntarle sus quehaceres durante el día, pero desistió: ese hombre jamás le revelaba nada de lo que hacía cuando no se encontraba a su lado.
Ambos eran personas de pocas palabras, empleándolas tan solo en planear sus crímenes. Todo lo demás lo acallaban en su sepulcral silencio.
Twisted pensaba que poco le importaría lo que pensase un maricón como él a ese tirano hombre. Graves, por otra parte, no quería inoportunar a su compañero con sus habladurías.

Graves se inclinó hacia el gitano y tomó uno de los mechones de su azabache cabellera, la olió: un aroma similar al almizcle invadió sus sentidos. Con tan solo una mirada, Twisted adivinó lo que ya pretendía hacerle. El gitano clavó sus dorados ojos en su compañero, implorandole en silencio por sexo. Hoy pretendía dejarse hacer, enubilado ante los planes de mañana: este sería su modo de festejar.
Sabiendo muy bien lo que quería el joven, Graves negó con la cabeza, en un rápido movimiento.

Wine and roses. (Twisted Fate x Graves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora