"Una antigua leyenda japonesa, cuenta que las personas predestinadas a conocerse están unidas por un hilo rojo atado a sus dedos meñiques. También dice que un ser que vive en la luna es el encargado de buscar cada noche a esas almas destinadas a estar juntas y que al hallarlas las une con el hilo rojo asegurándose así que no se pierdan y logren encontrarse una a la otra. Este hilo se puede alargar, enredar y tensar pero nunca se romperá ..."
Tras leer eso Cloe se preguntó:
-¿Podría ser verdad? ¿...y si esas personas se aman inconscientemente? ¿...y si están unidas desde ante de haber nacido?¿Pero, ¿ cómo podría uno encontrar a esa persona? Aunque se lo preguntó no pudo encontrar una respuesta clara. Con dudas en su cabeza, Cloe dio por terminada esa tarde de lectura en la biblioteca del pueblo en donde vivía.
Ya de noche, mirando por la ventana el cielo estrellado, seguía preguntándose si lo que había leído esa tarde podría ser real. Aunque no sabía que en poco tiempo encontraría esa respuesta...
................................................................................................................................................................
Como cada mañana se cayó de la cama, agitado y asustado por ese sueño. Ya desde hacía un tiempo había empezado a tenerlo. Siempre era lo mismo: él a la orilla de un río y en la otra, una chica en un pequeño puente; quiere alcanzarla pero no puede, sin importar cuánto corra el puente se aleja más y más. Hasta un punto en donde desaparece y todo se vuelve oscuro, lo único que alcanza a ver es un fino hilo rojo atado a su meñique que se extiende rápidamente hacia una luz, pero siempre se despierta ahí, sin entender qué significa.
Ya levantado, Félix piensa obsesivamente qué significaría ese sueño pero sus pensamientos son interrumpidos por el llamado de su madre.
-¡Félix, querido! Es hora de desayunar- dice al entrar a la habitación en donde lo encuentra muy pensativo acostado en el piso mirando al techo.
-Hijo, ¡qué te tiene tan preocupado?
-Mamá... ¿algunas ves soñaste con un hilo rojo atado en tu meñique?- pregunta sin quitar la mira del techo.
- ¿Un hilo rojo?... Mmm, no que me acuerde.
- ¿Me estaré volviendo loco?... Desde hace tiempo que tengo ese sueño raro.
- Loco, mi hijo, no lo creo. Puede ser que el tema de la mudanza y todo eso, te tenga un poco estresado.
- No lo sé-responde rápidamente.
- Bueno si tanto te preocupa, ¿por qué no buscas en Internet lo que significa? Pero eso sí, antes me desayunás y me ayudás a terminar de acomodar las cosas para la mudanza- le dice a su madre, dulcemente.
-Bueno, mamá... gracias- responde Félix, aunquetodavía sigue pensando qué significará ese, sueño y quién podría ser esa chica.Aunque en muy poco tiempo lo descubrirá...
................................................................................................................................................................
Esa tarde era tranquila, Cloe estaba recostada debajo de un cerezo que se encontraba en el centro del bosque en donde vivía. Para llegar a él tenía que recorrer un pequeño sendero de piedras, hasta llegar a un rio que cruzaba un pequeño puente hecho de madera. En ocasiones se quedaba en el medio del puente y miraba todo a su alrededor para ver si encontraba algún cambio. Pero todo era siempre igual: los mismos árboles, las mismas flores, nada nuevo que ver; era como si todo se viera en blanco y negro. O quizás era lo que ella pensaba.
YOU ARE READING
Unidos por el hilo rojo...
RomanceDos jóvenes, intrigados por una vieja leyenda japonesa.