Tres veces te olvido.

Dos.

Porque el tiempo no borrará las heridas que me causastes​ jamás.

Mis padres me enseñaron no hacerme daño por nadie, crearon a una persona fría, que no tenía sentimientos, que no nadaba en el mar de los amores, no se ilusionaba, pero fuí débil, fuí lo que ellos no querían.

Si, efectivamente tuvieron razón, me iban hacer daño, ellos me lo advirtieron.

Pero es que sus labios eran todo lo que necesitaba, él era ese "algo" que me hacía estremecer, él y sus pequeños hoyuelos que se le formaban en las mejillas eran mi vida.

Su sonrisa de mentira, que siempre creí que eran reales.

Hoy olvidas a aquella que te enseñó la vida.

Hoy olvidas, a esa que te entregó el corazón.

Afortunado tú por conseguir a este cristal, y yo tonta por dejar quebrarme en tus labios.

Te mereces un Oscar por lo gran actor que eres.

Te mereces el cielo por llevarme entre las nubes.

Y yo me merezco el infierno por ser la idiota contigo y confiar en ti, mientras que tenía que tener un paracaídas.

Porque así me lo dijeron mis padres.
Porque así tuvo que ser.

El amor te lleva al cielo, y luego te deja caer hasta el infierno.