Sato

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Había pasado más de una semana desde que llamé a Asami por primera vez. El fin de semana en el que habíamos acordado, ella me llevó a un parque de diversiones. Ella lucía como toda una diva, en cambio yo... iba con mi indumentaria habitual: prendas deportivas.

Desde aquel entonces, comenzamos a interactuar más dentro y fuera del campus. Salidas por aquí, reuniones por allá. Cada vez que la conocía más, me daba cuenta de que ella realmente tenía sentimientos hacia mí, y que no estaba jugando con mis sentimientos. Ella me protegía, me procuraba. Se aseguraba de sacar cualquier duda de mi ser, causando que, ahora, reconociera que no la podía ver como amiga.

Ánimo, Korra. Tú puedes. Has practicado con Naga y Kuvira para este momento. Mantente calmada. No lo arruines. Sé que podrás hacerlo.

A distancia, veía cómo Asami estaba rodeada por un grupo de chicos. Ella estaba tan radiante como siempre; y yo, muy nerviosa.

Cálmate corra. Tú podrás hacerlo.

Me repetía mentalmente eso una y otra vez. Mientras trataba de no hiperventilar, la miraba de reojo, esperando el momento oportuno para confesarme. Pero viendo que ella no se iba a mover de allí, decidí en ejecutar el plan B.

—¡Ptssss! ¡Asami Sato! —Cuchichee desde lejos, esperando a que ella escuchara.

Afortunadamente, así fue. Ella se volteó y me dedicó una sonrisa radiante, causando que mi cerebro quede frito por momentos.

—¡Hey, Korra! ¿Cómo has estado, bebé? —Ese apelativo logró que desviara la vista por momentos.

Me sentía muy avergonzada. Tanto fue mi pudor que miré a mis costados una y otra vez, guardando mis manos en mis bolsillos. Para empeorarlo, andaba de playera pero sentía que hacía más calor. Ya sintiendo que Asami no dejaba de mirarme, comencé a rascar mi nuca y titubeé sudando a mares.

—Eh... ¿Podemos hablar... en privado?

Primer paso, hecho. Ahora no lo arruines.

Estábamos en la parte trasera del campus. Los árboles daban el aire de tranquilidad que necesitaba para no ponerme tan nerviosa.

—Mmmmm~ Estamos solas en este sitio. —Me lo dijo seductoramente —Soy toda oídos.

—Eh... sí. Sato, yo... —Empezamos mal Korra. Sintiendo que mi rostro iba a arder, comencé a frotar mi mano izquierda sobre mi tatuaje. —¡N-no le des importancia que te esté llamando Sato! Es porque prefiero llamarme a nosotras por nuestros apellidos —Estás divagando. Ve pronto al grano, como lo habías planeado. —porque es más... "Profesional ". Esto entre nosotras —Temiendo a un posible rechazo, bajé un poco más la cabeza —quiero que sea más... "profesional". ¿Sabes a lo que me refiero? —Obvio que no, no le estás diciendo las cosas de la manera correcta. Sintiendo que me clavaba sus dos faroles verdad, comencé a rascarme la mejilla con mi mano izquierda y a jugar con un mechón de mi cabello con la derecha—Entiendo que estas... —De la nada, comencé a toser de forma nerviosa —Interesada en mí. Y me hace sentir halagada y eh- —Notando que me iba de tema, negué con la cabeza mientras hacía con mis dos manos la señal de "pare" hacia Asami —NO. No lo estoy diciendo de la manera correcta. Sato, no me malinterpretes. Esto entre nosotras... ¡Ugh! ¿Lo entiendes Sato? Me refiero, pensé en llamarte el día de ayer, pero era solo yo tratando de decirte que yo-

—Shhhhh. —De la nada, siento que Asami apoya su mano izquierda sobre mi mentón, elevando mi rostro hacia el de ella. ¿Cómo es que se acercó? Supongo que fue en medio de mi parloteo —Korra, silencio. —Teniéndola muy cerca de mi rostro, sentí a que comenzaba a sudar de los nervios. Mirándome con intensidad, ella soltó —Tienes algo en la cara.

Sintiéndome idiota por ello, solté una risa un tanto forzada. —¿En serio? ¿Dónde?

—Aquí. —Y me besó.

La sorpresa fue monumental. Mi rostro ardía y mi cuerpo se quedaba estático en el beso. Apenas se separó, mi mente quedó en blanco.

—Korra. Seré directa contigo. —Mientras decía eso, comenzpo a acariciar mi mentón con su mano izquierda —Me gustas. Me has gustado desde el primer día que te vi jugar para nuestra escuela. Y desde ese día, comencé a seguir todos tus partidos. Y poco a poco, comencé a saber de ti. —Sin previo aviso, ella comenzó a acariciar mi cabello, dejándomemás helada —La manera en la que tratas a tus amigos, cómo te pones tímida ente las personas que deseas confesarte, y cómo me desafiabas con la mirada. —Mientras decía esto último, mordía levemente el labio. ¿Cómo podía ser tan seductora? —Al principio no sabía si... tenías los mismos gustos pero, al corroborar tu atracción a otras mujeres al fijarte en la capitana del equipo de baseball —¡Mierda! ¿Tan obvia fui en ese entonces? —comencé a ser más osada. —Sonriendo ténuemente, musitó. —Summer. ¿Desearías salir conmigo siendo mi novia?

No lo podía creer. Lo que iba a pedirle, al final me lo acaba de pedir ella. Sin poder articular palabra coherente puesto a que de mis labios solo salían balbuceos, afirmé con la cabeza sin poder despegar mi mirada de la suya. Ganándome una mirada angelical, sellamos nuestra unión con un nuevo beso en el cual correspondí con todo el cariño que le tenía.

Asami SatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora