Estoy harta, Bastante frustrada. Cada día es lo mismo... Amargura, pena, rabia, deseo de sentir el cariño de alguien, estoy completamente sola y pienso en toda la sangre que debe recorrer por las venas de mis brazos. La cual hierve y reclama a gritos poder salir, liberarse. Me dan ganas de tirar toda lo que me rodea; Mandar todo a la misma mierda. Pienso ¿Qué hago? Examino cada error de esta semana, ¿Buenas notas? Me eh esforzado, pero supongo que a mi madre no le es suficiente un maldito 66 promedio parcial, estoy a 4 malditas decimas de la nota máxima ¿Por qué no se siente orgullosa de mí? Entiendo, mi actitud, mi odiosa forma de ser. Intento ser buena persona, de verdad que lo intento. Pero siempre termino haciéndole daño a alguien. ''No era mi intención, lo juro no lo era'' Me digo a través de mis sollozos. Deseo tomar algo filoso y hacerme mierda las piernas y mi asqueroso estomago. Pegarle puñetazos a los vidrios, arañar las paredes, romperme la piel de los brazos y piernas a puro arañazo, ahogarme. Ahogarme con la almohada hasta necesitar desesperadamente algo de oxígeno. Tirarme el pelo, rasgar mi ropa y morderme hasta romper.
Quiero llamarlo; llamarlo a gritos. Llamarlo tan demencialmente que de aquí a donde vive, me escuche, llamarlo y pedirle, socorro.
Tengo las uñas apretando mi muñeca, sintiendo ese pequeño dolor tan relajante. Intento gritar, llorando, pidiendo auxilio, y lo que estoy escribiendo ni siquiera tiene sentido, simplemente palabras de mierda que salen de mi cabeza, recordando sucesos de hace un rato atrás. ideas malditas ideas, que si acumulo más rabia, las haré inconscientemente. Por segunda vez en el día; Y por cuarta vez en la semana.
Me encorvo, agarro mi cabello y jalo, y empiezo a llorar... Y allí está el perro. Mi querido ''loki'' mirándome horrorizado. ¿Qué culpa tiene aquel perro? No ha hecho nada malo. ¿Por qué tiene que presenciar a su patética dueña lesionándose a sí misma por estupideces de ella?.
Pienso en mi amigo, aquel chico que pase lo que pase siempre ha estado conmigo. En mis peores días, cuando no hay nada más para mí. Aparece para recordarme que hay cosas buenas en el mundo, como por ejemplo: Su amistad. Pienso en él, lo quiero, suelto mi pelo, llevo las manos a mi cabeza y presiono. Mantengo la respiración y mis uñas hieren la palma de mi mano. Esas uñas que luego las morderé por los nervios que cada vez me cuestan más controlar. Grito, no hay nadie ¿Qué pasa por mi mente en este instante? Gritos, gritos y gritos de tortura. Llanto, todas esas imágenes borrosas producto de las lágrimas, todos esos momentos en que estuve con la navaja sobre la piel, todas esas promesas que eh hecho a diferentes personas, juramentos y propuestas que ahora están en la basura. Están en la puta basura.
Enderezo mi cuerpo y me dejo caer de espaldas en la cama, comienzo a golpearme la cabeza. Estoy tiritando; tirito demasiado y mis brazos están mojados, por el violento ataque de llanto y la saliva que suelto cuando grito. Y... ¿Si vomito de nuevo?, ¿Me corto? ¿Esta vez me desangraré? Estoy sola. Nadie me puede ayudar.
Abro los ojos y no veo nada. El nudo sigue allí y la picazón en mis dedos no se va; levanto una mano y me araño el pecho. Comienzo a tirar de la polera como si eso fuera a arrancar mi dolor. Me araño de nuevo. Me araño la cara, vuelvo al pecho, me araño las piernas, me tiro el cabello y mi boca se mueve sin poder evocar un grito de auxilio.
Me levanto de nuevo y logro gritar. Una, dos, tres veces, me duele...
¿Qué le voy a decir a mi mamá? No quiero hacerla sentir mal, no otra vez, no quiero perder su confianza una vez más. Moretones nuevos, heridas nuevas.
Pero no me es suficiente... Tijeras, hojas... ¿Sería capáz de levantarme a recogerlas tan solo para desahogarme de otra manera? He gritado, he llorado, me he golpeado, me he arañado y no es suficiente. Las lágrimas siguen deslizándose por mis mejillas y mi respiración sigue totalmente agitada. Mis manos tiritan y el dolor me paraliza.
La música se distorsiona. No oigo, no veo y... Una cicatriz más añadida.
Todo acabó. Sin siquiera tener un motivo.
¿Qué pensarán la gente que dice quererme? Preguntó curiosa, ''Nada, no tienen idea''. Me respondo con alegria.
Filo, se me va a pasar y ya mañana estará todo bien. Allí una patética chica tragándose toda su rabia, tristeza y dolores. Con una asquerosa mueca, porque a esa cosa que tengo en la cara no se le puede llamar sonrisa, Definitivamente no se le puede llamar sonrisa.