Aquella tarde, la ansiedad me consumió de nuevo como una nueva y bonita daga afilada esperando ser utilizada.
Me dolía todo y cada palabra dicha me lastimaba y no podía pensar con claridad, sólo veía la ascendente oscuridad que esperaba consumirme de nuevo.Me sentía enferma y débil, no podía evitar acordarme que justo unas horas antes me sentía tan feliz... Y ahora, ahora ya no quedaba nada.
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Mierda
Short StoryLo que pienso cuando mi mundo está hecho mierda. Por mi, obviamente.