Están en mi cabeza

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Otra vez la niña estaba pataleando y gritándole a la nada, tirando todas las cosas que se encontraban a su alrededor. Esa hermosa castaña gritaba: "Alex, fuera de mi cabeza." Seguramente estaba tomando el control nuevamente de su hermoso y frágil cuerpo, y al parecer, esta vez, estaba ganando.
La niña tomó con ambas manos su hermoso cabello castaño y jalo de el sin resentimientos, logrando sacar algunas mechas. Se golpea la cabeza contra la pared repetidas veces.

-Esta niña esta loca, no la podemos tener aquí- dijo el padre al oír los golpes producidos por su cabeza al chocar contra la pared.
-No digas eso, es nuestra niña
- dijo la madre subiendo el tono de su voz.
-Es nuestra niña y está jodidamente loca- dijo el padre mirando a los bellos ojos miel de su mujer tratando de encontrar una reacción, y lo logro. Esta levantó la mano y golpeó fuertemente a la mejilla, y con eso dijo todo lo que había guardado por 16 largos años, simplemente lo soltó, ¿Se sentía mejor? Claro que no.
Se miraron entre sí, el con una mano en su mejilla roja y caliente aún asimilando lo que paso; y ella se encontraba quieta en su lugar mientras que el silencio inundaba la sala... silencio.
La madre subió rápidamente las escaleras seguida por el padre llegó a la la habitación de su hija y trato desesperandamente abrir la puerta, pero se dio cuanta que estaba con llave.
-Déjame a mi.- dijo el padre,  dando unos pasos hacia atrás para luego correr y chocar su hombro con la puerta y está se abre para revelar el cuerpo de su hija colgado de la lámpara sin vida.
El ganó esta vez.

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