Una larga y exaustiva búsqueda de información es lo que me espera al escribir esto, la razón por la que lo hago es demasiado fácil, buscar la verdad de dichos seres y lo que ha detrás de tantas "desapariciones" y "secuestros" daré mis opiniones al r...
Muchos son los casos donde encuentran datos de esta extraña criatura humanoide de piel gris y ojos oscuros profundos dedos oscuros, avance en 4 patas, y se mueve de una forma rara.
El Rastrillo, o The Rake es una leyenda urbana similar a Slender Man y Palid Face pero ¿que es realmente?
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A continuación la historia de "testimonios" de dudosa procedencia.
"Hace tres años, acababa de regresar de un viaje a las Cataratas del Niágara con mi familia por el 4 de julio. Estábamos exhaustos luego de conducir todo el día, así que pusimos a los niños en la cama y nos fuimos a dormir.
A las 4 de la madrugada me desperté con la idea de que mi esposo había ido al baño. Aproveché para jalar las sábanas, despertándolo en el proceso. Me disculpé y le dije que pensé que se había levantado de la cama. Cuando me vio, suspiró y retiró sus pies de la orilla de la cama tan rápido que su rodilla casi me tiró. Me agarró y no dijo nada.
Luego de ajustar mi vista a la oscuridad por medio segundo, fui capaz de distinguir qué causó la reacción. Al pie de la cama, sentado y viéndonos de lejos, había lo que pensé era un hombre desnudo, o un gran perro sin pelo de algún tipo. Su posición era perturbadora y no natural, como si hubiese sido arrollado por un auto. Por alguna razón no sentí miedo, sino preocupación por su condición. Hasta ese momento, estaba bajo la asunción de que debíamos ayudarlo.
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Mi esposo estaba viendo sobre su brazo y la rodilla, doblado en posición fetal, ocasionalmente viéndome antes de regresar la mirada a la criatura.
En un movimiento veloz se arrastró hacia nosotros, a un lado de la cama, hasta quedar a poco menos de 30 cm. del rostro de mi esposo. Por medio minuto, en silencio, sólo le observó.
Se levantó y corrió al pasillo en dirección a los cuartos de los niños. Grité y fui tras él para detenerlo y evitar que los hiriera. Cuando llegué al pasillo, la tenue iluminación era suficiente como para verlo agachado y jorobado a unos 6 metros a la distancia. Estaba cubierto de sangre y tenía a Clara, mi hija. La arrojó bruscamente y huyó por las escaleras cuando mi esposo le disparó con su arma desde la habitación.