- ¿Otra vez no te ha sonado la alarma? Despierta, vamos, que llegarás tarde. -dice mi madre.
- Dios, otra vez... -remugo contra la almohada.
Me levanto con más sueño de lo normal directa a la cocina a comer algo. Sí, primero voy a la cocina, necesito comer algo para poder moverme. Luego, si, me voy al lavabo y hago mis cosas, hasta que mi amigo Luke me avisa para ir al instituto.
- Buenos días.
- Hey.
Eso es todo lo que nos decimos en todo le camino. Él está tan harto como yo del instituto. Menos mal que queda solo un mes. Llegamos a clase, y como cada lunes, el profe ya nos está esperando. Nos explica, hacemos los deberes, etc... acabamos y salimos para dirigirnos a la siguiente clase, peor que la anterior. Llega la hora del patio, 20 minutos que se pasan como 2 segundos. Aprovecho para dar vueltas con Brittany, mi amiga, mientras se come el bocadillo. Las cuatro horas siguientes, se hacen insoportables, iguales que las dos primeras, y el patio igual, salvo que en éste vamos a la biblioteca a cotillear por allí. Por fin llega la hora de irse. Me despido de mis amigos y me voy a mi casa. Después de comer, lo primero que hago es conectarme a internet e ir a ver si hay más visitas o algún que otro comentario en mi blog. Sí, tengo un blog. También me meto en Twitter y en Facebook, pero no hay nada del otro mundo.
- Abby, a cenar.
- Voy.
Y así se pasan los días.