Al mirarme al espejo, delineando mis ojos con el lápiz negro y recalcar mis labios con el labial rojo, acomodar mi brazier y subir un poco más el vestido. Sabía que esta sería una buena noche
Al mirarme en el espejo por última vez, sentí un dolor en el pecho. ¿Está realmente soy yo?
Me puse mis tacones, ya gastados de tantas pistas de baile recorridas y me encaminé a realizar mi rutina de todas las noches. Recorrí las calles en busca de una fiesta hasta que la música, el humo y olor a alcohol inunda mi ser sacándome de mis pensamientos.
- aquí vamos -me dije a mi misma adentrándome en ese mundo de distorsión y locuras desenfrenadas.
Pero querido amigo esto si es vida pensé al ver entrar un grupo de chicos bien calientes, tal vez si tenía suerte me tiraba a alguno de ellos o simplemente los dejaba calientes y me robaba su dinero, sonreí recordando la última vez que lo hice.
Apresure el paso en la gran fila para entrar a la disco, salude a Dan con la mirada haciéndome pasar sin problemas contonee mis caderas exageradamente por el lugar suspirando buscando a mi siguiente victima
Comencé a analizar con la mirada a cada uno de los estúpidos que se encontraban cerca del bar, buscando al más idiota para poder engañar o al más caliente para pasar un buen rato.
- idiota, idiota, idiota, ugh no que asco, idiota, él! -
Luego de escoger mi victima me dirigí hacia él hasta que un maldito se cruzó por mi camino
Pero no era cualquier idiota
Era el idiota
dios, ¿por qué siempre me lo encuentro?, maldita sea
me gire decidida hasta mi objetivo moviendo mis pestañas, subiendo mi vestido ,haciéndome notar.
al llegar me senté en sus piernas sonriendo, correspondido con un asentimiento de cabeza
-te importa -pregunte mirando a su amigo, me mecí en el sonriendo.
-claro que no linda-sonrió- quieres ir a mi departamento me beso el cuello.
Sonreí siguiendo su juego
Besé su cuello con un falso deseo, susurré de manera sexy en su oído dando la señal para que fuéramos a su apartamento, el juego había comenzado, caminamos entre el mar gente bailando inconsciente por el efecto de las drogas y el licor, esperaba no chocar nuevamente con ese idiota. Salimos de la disco y me subí a su auto esperando llegar luego a nuestro destino
Al entrar en una lujosa recepción, sabía que dormiría bien esta noche.
le sonreí de vuelta al abrirme la puerta. Este zopenco tiene modales, me agrada.
Al llegar a la puerta de su departamento sentí su mano recorrerme y escuchar un jodido gemido de su parte
