Café y chocolate

[12/04/18 11:47 a.m]

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El pequeño tintineo sonó en el establecimiento. Alguien había entrado en esa pequeña cafetería casi intransitable. A pesar de todo, ese día la lluvia había comenzado de un momento a otro. Muchas personas se refugiaron en múltiples bajos de la zona y ese local no se había librado de las masas de personas.

Una persona no muy diferente al resto entró haciendo sonar la campanilla de la puerta. A diferencia del resto el no llevaba paraguas y a pesar de tener capucha, no la llevaba puesta y las gotas de agua caían por su pelo.

Mientras tanto al otro lado de la barra un joven atendía a dos mujeres algo más mayores que él. A diferencia del resto, el estaba allí para realizar los turnos de su hermana Historia quien había sufrido un accidente y tuvo que marcharse durante una temporada.

Su hermano tan humilde como siempre no dudó en trabajar por ella. A pesar de su timidez y a veces mal genio hacia los desconocidos, era un chico fiel, trabajador y muy hermoso.

Era bastante popular en la universidad en la que estudiaba aunque más bien por su dulzura y sus finos rasgos que casi podrían ser confundidos con una mujer aunque mentiría si dijese que no ha sucedido nunca.

Volviendo a nuestro desarreglado protagonista, se quedó quieto entre la barra y las mesas. Mirando al suelo con los ojos sin vida e hinchados. Una de las camareras no pudo evitar chocar con el tirando las bandejas que llevaba. Estas tenían la suerte de no contener ninguna taza o dulce aunque un gran estruendo sonó llamando la atención entre todos los presentes.

La mujer de cabellos castaños se levantó algo adolorida cogiendo las bandejas lo más rápido posible e incorporándose.

-Oh, lo siento no te había visto- el joven seguía con la cabeza gacha por lo que la mujer tuvo que inclinarse un poco para mirarle a los ojos completamente destrozado. -Disculpe señor ¿se encuentra bien?-

Ante sus palabras elevó la cabeza enseñando su mirada perdida y las múltiples heridas en su cuello y rostro bastante mal disimuladas con lo que parecía ser maquillaje. Los clientes siguieron con sus acciones y solo la hermosa mujer pudo observarle llena de terror. Ante esto, miró a todos lados buscando ayuda encontrándose con el rubio como única persona capaz de calmar la situación.

-..., por favor lleva a este hombre al piso de arriba y sírvele algo.-

El pequeño muchacho elevó la cabeza de la barra que hace unos instantes limpiaba con un trapo. Ahí las miradas de ambos se cruzaron. Unos ojos azules como el mar llenos de preocupación y una mirada avellana hermosa aunque totalmente rota.

El muchacho se acercó al más alto con preocupación con una toalla en sus manos que colocó a los hombros del contrario.

-Sasha, ¿quién es este hombre y que le ha sucedido?- Ambos camareros miraban a los ojos del contrario buscando respuesta alguna pero lo único que se oyó fue la voz del muchacho.

-¿Por qué me hizo esto?, ¿que tenía él que yo no tenía?- Las lágrimas comenzaron a caer y el más bajo le limpió las lágrimas rápidamente con sus manos. Tenía un tacto suave y cálido que despertó admiración en las rojas y calientes mejillas del otro. Un escalofrío recorrió el cuerpo de ambos aunque nadie se hubiera dado cuenta.

-Ven vamos a llevarte arriba- A pesar de la diferencia de altura de las ingenió para pasar uno de sus brazos alrededor de su cuello y subirle al piso de arriba. -Siéntate en el sofá te haré un café- Su voz sonaba dulce y eso en el fondo calmó al moreno quien decidió empezar a hablar.