Cadenas

259 41 48
                                    

Solo quiero amar a mi manera,
Eso no va a cambiar, no importa lo que diga.
No me miren así, con esos ojos
solo estamos enamorados, eso es todo.

.

YongGuk levantó la mirada del libro que estaba leyendo, cortando la oración en medio sin lograr comprender el significado, se estaba convirtiendo en uno de sus libros favoritos, pero había algo incluso más importante que poder leer el desenlace del conflicto.

—¡Hyung! —JunHong alargó innecesariamente la palabra, pero llenó de emoción la habitación del hotel.

Su rostro brilló extasiado cuando sus miradas se encontraron y las dos media lunas de JunHong recorrieron la pulcra e impersonal estancia.

—Pensé que habías olvidado mi cumpleaños.

Dio largos pasos hacia adelante y se detuvo frente a YongGuk, que se puso de pie y lo jaló en un abrazo apretado, enterrando el rostro en su cuello y soltando una risa ronca.

—¿Cómo se te ocurre? —preguntó sin esperar una respuesta.

—Entonces, ¿qué es todo esto, mi graduación?

YongGuk sonrió nuevamente, preguntándose qué significaba eso en la mente del menor y deseando que fuera lo mismo que para él.

—Si así lo quieres decir.

La risa que soltó Zelo eliminó todos los pensamientos negativos y los cuestionamientos que lo habían atacado durante el día, mientras en la mansión Choi se llevaba a cabo la celebración de la mayoría de edad del heredero menor, fiesta a la que ningún Bang fue invitado por el flagrante desprecio hacia su origen. No le importaba mucho que los señores Choi no lo quisieran, o a cualquier miembro de su familia, lo que le preocupaba era que esa fuera la última vez que Zelo le permitiera estar cerca.

—¿Va a doler? —La voz temblorosa del menor lo sacó de sus pensamientos, devolviéndolo directamente al íntimo abrazo que estaban compartiendo, el calor y la cercanía con la piel pálida de Zelo.

Asintió lentamente mientras acariciaba la mejilla de JunHong, que lentamente se coloreaba de carmín, tal vez por el calor, o la cercanía del abrazo, o quizá por esos roces provocados por las respiraciones erráticas que comenzaban a compartir; no sabía a qué se debía la vergüenza de Zelo, pero le gustaba verlo de esa manera, tan inocente y delicado, pero al mismo tiempo tan provocativo y apasionado.

—Sabes que nunca haría algo para dañarte ¿verdad?

Zelo sonrió y su sonrisa atravesó su rostro emocionado, la vergüenza pasó a segundo plano y sus ojos brillaron por la expectación, provocando que el corazón de YongGuk latiera frenético en su pecho.

—Podría caer un meteorito y destruir el planeta, o podrían secuestrarme y torturarme hasta la muerte, pero nada de eso importa, ni siquiera el dolor, porque confío en ti con mi vida entera, hyung...






._. |: .-. :| ._.





YongGuk se despertó al mediodía, cuando el botones golpeó la puerta diciendo que tenía una hora para dejar la habitación o tendría que pagar un día más de alojamiento, se veía ofuscado y terriblemente ansioso cuando susurró las palabras que la administración había ordenado.

El moreno asintió con la cabeza y utilizó su ceño fruncido y la voz ronca de recién despierto para intimidar al tipo y correrlo indirectamente de su puerta. Era un cliente habitual en ese hotel, cuando viajaba a Mokpo y decidía que quedarse con sus padres no era buena opción, en su adormilada cabeza no se merecía ese trato.

Aimer mal, châtier bienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora