● Prólogo ●
Pasé lo más disimulado que pude por su lado, tratando de que no me viera. Bueno, eso era fácil. Si comparamos sus casi dos metros y mi escaso uno sesenta, podría decirse con facilidad que no sería extraño si alguna vez me pisa. Pero eso también era una ventaja, porque gracias a eso podía gastarle bromas y reírme de él cuanto quisiera. Y bueno, eso le molestaba, y no había nada más divertido que ver su absoluta cara de mosqueo mientras me reía de él. Glorioso.
Sonreí ampliamente cuando logré colocarme tras él….Maldición. Era demasiado ancho, siempre se me olvidaba. No es que estuviera gordo, simplemente era robusto, y el hecho de practicar un arte marcial desde pequeño le había ayudado a desarrollar unos buenos músculos. Por eso juntos resaltábamos tanto. Yo era malditamente bajito para tener diecisiete años (casi dieciocho, ajém) y, aunque tal vez no se me notara tanto como a él, estaba muy en forma y tenía un buen six-pack que pocos se esperaban. Oh bien, no voy a decir que no es tanto y que no me siento orgulloso de él, porque mentiría. Estoy muy a gusto con mi cuerpo, pero me encantaría ser más alto. Sólo un poquito.
Me puse de puntillas para lograr llegar hasta su coronilla. No tenía un pelo extremadamente largo, sino que como la mayoría de los chicos lo llevaba corto. Aunque hacía poco que se lo había cortado casi todo, dejándose un pequeño tupé del que llevaba riéndome un mes. Bueno, lo que quiero decir con todo esto es que tenía la coronilla completamente despejada, y oh Lilith, aquello podía aprovecharse muy bien. Aún no habíamos acabado el recreo, y la oportunidad de verlo las tres siguientes horas si me salía bien lo que pensaba era muy, muy tentadora.
Saqué de mi bolsillo un huevo relativamente grande para ser de gallina. Quizás era de una gallina grande. Bueno, tampoco me importaba. Lo miré un instante con una amplia sonrisa y, sin dudarlo un instante, se lo estampé en la nuca. Já, ¿cuántos puntos era eso? Creo que jamás olvidaré su reacción. ¿Dónde estaban las cámaras cuando eran necesarias?
-¿Pero qué coñ…? –Se llevó una mano a la zona mientras daba un salto hacia adelante, soltaba un gritito de nena y giraba la cabeza, sorprendido. Al notar algo viscoso le recorrió un escalofrío, y tras ver la cáscara por fin entendió (era algo lento, pobrecillo) que era un huevo. Su cara fue simplemente épica. Digna de monumentos, diplomas, trofeos, emblemas, himnos y banderas. Señor bendito, asísteme porque yo hoy me muero de risa.- No…No habrás…-No había forma, estaba muerto de risa en cuclillas, dando varias palmadas mientras trataba de recuperar el aire. Vale, aquello había sido supremo.- ¡ME CAGO EN TU PUTA MADRE PENECOLÁS!
Bueno, creo que es hora de presentarme, aunque supongo que por el fantástico apodo que me ha puesto este retrasado, no es difícil saber mi nombre. Me llamo Nicolás, tengo, como dije, diecisiete años (casi dieciocho, reitero) y no hay nada que me divierta más que molestar a este Mekentrefe.
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¡Hola a todos!
Bueno, primero que nada, gracias si estás leyendo esto, significa que te has parado a curiosear mi historia...¡Y se agradece! c:
Me gustaría decir que es la primera vez que escribo yaoi (lo conozco de hace tiempo, pero nunca me había parado a escribir algo sobre él) y que es probable que quizás, si habéis leído historias muy buenas, os parezca algo extraña o pobre..¡Lo siento! :c Intentaré mejorar.~
Si hay cualquier cosa de la historia que no entendáis, simplemente decídmelo; no tengo reparos con aclarar cualquier duda.~
PD: Me emocionaría mucho algún comentario sobre la historia, ya que aún no sé si continuarla o no...Así que todo depende de vosotros. ^-^
Y bueno, no os distraigo más.~ ¡Saludos y gracias por leer! ^^
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¡Imposible! ...¿o no? [Yaoi]
Humor→ Esta es una historia yaoi, lo que significa chico x chico. Si no te gusta, nadie te obliga a leer; en cambio, si te agrada, eres bienvenido.~ ← Kent y Nico se conocen desde hace mucho, mucho tiempo. Disfrutan insultándose uno al otro, lanzándose...