-Amara Muñoz, su turno
El corazón me late a mil, los nervios me hacen sudar mas de lo normal y eso provoca que la sudadera blanca que llevo me traiga problemas de presentación. Ya no puedo volver atras.
Mi turno llegó cuando menos los esperé. Habian tantas personas antes que yo que vi mi turno tan lejos pero no fue asi, o yo no lo veo asi, los nervios.
Me levanto temblando, con calor en las mejillas, marcando pasos firmes sigo a la chica que me espera, para no tropesar con nada camino mirando las baldosas, esta vez mi mala suerte no puede jugarme en contra, no puedo fallar.
-Gracias.
Me sonrie y veo como se marcha y me deja sola frente a la puerta.
-no te pongas nerviosa, no lo hagas -me repito-. No te pongas nerviosa, es tu talento y...
La puerta se abre y los papeles que tenia dentro de la carpeta vuelan por todo el pasillo cuando esta da contra el suelo.
Fuck
¿Deveria salir corriendo?
Calmate...
Me agacho rapido, con movimientos torpes empiezo a recoger todos los papeles, algunos se me vuelven a resbalar de las manos pero la persona que me esta ayudando los recoge.
Ya en mis manos me levanto, para agradecer, y ver quien es.
Un hombre Joven vestido de camarero me entrega el ultimo papel y sonrie de lado.
-¿Nerviosa? -pregunta.
-un poquito
Rio de los nervios.
Me alegro que no fue uno de los chicos o su manager.
-Estan esperando, suerte.
-gracias.
Se da media vuelta y logro percatar que se va con un carrito lleno de cosas deliciosas a simple vista.
Ahora si, es la hora.
Golpeo, y espero a que esta se abra.
-Bienvenida, señorita
Me saluda un hombre alto y bien vestido, asi como un guardespaldas, talvez lo sea.
-Hola, gracias
Le devuelvo la sonrisa y entro.
-Hola
Saluda renato, con las manos apoyadas en la enorme mesa, donde un gran plato de ensaladas y un vaso de agua estan junto a él.
Y alli estan los chicos... sentados, tres a su derecha y dos a su izquierda, con un vaso de agua cada uno.
Me pregunto ¿como no se comieron todo lo que hiba en esa mesa? Y ¿por qué renato sigue comiendo?
Muchas preguntas. Mejor deberia calmarme, y concentrarme.
-Hola, chicos
Humedesco un tanto mis labios mordiendolos, mi boca está muy seca.
Analizo como unos siguen en sus telefono, y otros me miran con preocupacion.
-sientate, ¿estas bien? -Me pregunta Richard.
Asiento y camino hasta el asiento que yace reservado con mi nombre y que está frente a renato.
-Bien, chicos, dejen de hacer lo que hacen y enfoquemonos en este proyecto
Christopher y Joel suelta el telefono y por fin se dignan a mirarme.