Parte Única

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Era el año 1997, habían pasado varios años ya desde el viaje a Egipto. Jotaro se había dedicado a estudiar Biología Marina, mientras que Polnareff, a investigar stands en su país natal, Francia.
En una de las ocasiones en que Jotaro debía viajar, emprendió su rumbo a Francia, a fin de realizar diversos trabajos encargados en su centro de Investigación. Estaría una semana en aquel lugar, donde los primeros días serían solo trabajo, mientras que los otros, solo de descanso. 

Ya concluido el proceso de trabajo duro, Jotaro decidió ir a tomarse un café para poder relajarse un poco. Era un lugar pequeño, pero muy bello. Ya serían las 20:00 hrs y por ende, comenzaba a oscurecer. La vida europea a esas horas era más pacífica de lo que creía el nipón y aquello lo relajaba más aún. Adoraba la paz y tranquilidad. Eso hasta que...

—¡JOJO! —oyó que le llamaban. Había pasado tiempo desde que alguien le hablaba de esa forma: tan bulliciosa y... cantarina. No había duda. Debía tratarse de aquel peliplata que conoció en los 80's ¿quién más sería tan molesto y ruidoso para gritarle así?

Polnareff —dijo para si el ojiazul, esbozando una leve sonrisa.

—¡Me sorprende verte aquí! —decía el más pálido, acercándose a su amigo que estaba sentado en una de las cómodas sillas que habían en el interior del local —me hubieras dicho que venías de visita.

—Tanto tiempo sin verte —Jotaro esbozó una nueva sonrisa para levantarse de su lugar y estirar la mano a modo de saludo. No era muy de piel que digamos, a diferencia del francés que ignoró su saludo y lo abrazó con fuerza. —oye, oye, calma.

—¡¿Cómo quieres que me calme, idiota?! ¡No te veo desde hace muchísimo tiempo! —exclamaba sonriente —¡así que no me vengas con tus tonterías de apretones de mano porque no sirven!

El nipón rodó los ojos y lo rodeó con sus brazos, tenía razón en el hecho de que no se veían hace mucho.

—Perdona por no avisar, Pol. Siempre estás viajando por lo de los stands; no sabía si ibas a estar aquí. Además vine a trabajar. 

—¿Debes haber acabado con lo más difícil, no? Se te nota —intuyó.

—Así es —asintió el contrario—pasado mañana vuelvo a Japón. Ahora estaba relajándome un poco —volvió a sentarse, haciendo un gesto para que Polnareff también lo hiciera —¿quieres algo de tomar?

—¡Eso no se pregunta! —ya separado de su viejo amigo, le sonrió. —tomémonos un café y luego vayamos a mi casa, ¿qué dices, eh?

—Tengo que volver al hotel, pero... —el ojiazul se interrumpió a si mismo. Habían pasado años que no veía a su amigo en persona, solo mantenían contacto telefónico esporádicamente, y quizá cuando volvería a verlo. Debía aprovechar de estar con él —está bien. Yare yare. —suspiró —elige qué tomar, yo invito.

—Oh, andas generoso, eh —reía el peliplata —yo quiero un capuccino, nada más.

—Bien —hizo señas para hacer el pedido. —yo también pedí uno, está muy bueno.

—Genial entonces —Polnareff no dejaba de sonreír, estaba muy feliz de volver a ver a su viejo amigo—¿qué tal va todo contigo, Jojo?

—Ahí voy —suspiró —¿y tú? ¿cómo va todo por acá?

—Nada malo por aquí hasta ahora— comentó el francés —estaba dándome una pausa a la investigación de Stands, ha sido mucho trabajo. Pero retomaré muy pronto.

—Ya veo —Jotaro bebía de su café —¿qué más has logrado averiguar de los stands?

—Cada vez irán incrementando el número —sentenció el contrario— parece ser que la flecha que utilizó Enyaba con Dio no era la única.

Thinking of you... (JJBA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora