A Sus Órdenes ||HarryHook&EvieQueen||

3- Desifrado 1/2

Evie Queen se paseaba por el comedor de la nave luciendo su sexy uniforme de dos piezas las cuales eran una camisa roja con manchas negras que no cubría su ombligo, dejando también a la vista un mejor molde de su pequeño busto, una falsa negra de cuero que al parecer había sido unos centímetros más acortada desde la llegada de los gastones.

Cosa que a Harry Hook le irritaba, aquel uniforme se hizo perfectamente para ella, ¿dónde consiguió las medidas?. Tan sólo observandola, por segundos, su piel, su cuerpo permanecía en la cabeza del pirata haciéndose presente en sus sueños más húmedos y pecaminosos.

Pero la irritación no era por eso, si no porque ella lo estaba usando a beneficios de otros y no como el queria Osea a benficio del capitán.

Evie era la atención de casi toda la tripulación, aquellos sucios, pervertidos y analfabetos piratas no quitaban la asquerosa mirada de su cuerpo, le silvaban, toqueteaban y decía uno que otro "palabritas" que casi siempre eran de doble sentido e inmoralidad.

La sonrisa pícara de la princesa ante los actos de aquellos bucaneros, hacía que su ahora "jefe" la mirará con un gran disgusto y enojo, eso mantenia su sonrisa así, tolerando aquellas atrocidades de parte de la tripulación.

Llegó la noche, Evie exhausta de lavar sola todos los platos y las velas se dirigió a su asqueroso camarote para poder consiliar el sueño, pero una sorpresa inesperada no la dejaría.

Abrete! Abrete! —ordenaba a la puerta mientras la forcejeaba con furia.

No creo que funcione my Lady —Harry la sujetó por la cintura ella le dio un fuerte codazo en el estómago.

Imbécil! —le gritó por asustarla pero el a pesar del dolor sólo la trajo a su cuerpo —Sueltame o....

Oh.... ¿que? —susurro en su oido —Nadie daria la vida por ti aquí querida, ni si quiera los gastones.

Sigue creyendo —sonrió burlesca hasta sentir el tacto del mañoso pirata bajo su blusa —Ah... Hook....

Gimio sin darse cuenta, aquello la tomó por sorpresa, luego de soportar como 15 toqueteos aquel día este, este era el primero que le gustaba, porque más se asemejaba a una dulce carisia.

A pesar de su orgullo, maldad y locura, Harry Hook siguie acarisiandola mientras besaba su orejita, luego de haberlo pensado por horas en su camarote el pirata había desifrado como poseer el tomrentoso tesoro que tenia como reen.