Parte única.

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Cuando abrió los ojos, sólo pudo ver el cielo celeste sin ninguna nube.

Se fue incorporando de a poco, pero el indudable dolor en su cuerpo hizo que el proceso fuera lento, con calma.

Extrañado, empezó a mirar alrededor y al no reconocer el lugar en el que estaba, hizo que mirase su propia figura. No recordaba absolutamente nada. Pero lo más extraño era el hecho de haber despertado allí, en ese lugar tan tranquilo.

Parecía ser un parque, pero no había nadie.

Fue cuando se estaba incorporando que escuchó una respiración cerca suyo y un movimiento rápido. Era un enorme perro. Y en cuanto vio que corría hacia él, se agachó un poco. Éste empezó a lamer su rostro con alegría.

Supuso que él lo conocía aunque no le recordaba.

''Hey, bonito'' Acarició su cabeza y su espalda. ''O... ¿Bonita?'' Soltó una pequeña risa. Esto hacía que la pequeña ansiedad creciente disminuyera un poco. ''Ah, eres bonito'' Ahora sí soltó una carcajada. ''¿De dónde te conozco, mm?'' Le sonrió. Aquél seguía contento de verle. En vez de entrar en pánico, se tomó la situación con calma y gracias a aquél gigante, pudo sentir que no todo estaba mal.

En ese momento, notó el silencio del tan amplio lugar. Sólo podía escuchar el viento chocar contra los árboles, pero nada más.

Volvió su atención al gigante, quien se la pasaba corriendo a su alrededor, feliz de verlo. Y allí fue donde notó que aquél llevaba una correa. La tomó pensando que quizás a alguien se le había perdido.

Pero no pudo pensar en otra cosa porque empezó a correr, asustándolo en el proceso y obligándole a levantarse del todo y empezar a descender hacia la calle. ''¿A dónde me llevas?'' Cuestionó, sin poder detenerse. Pero la verdad es que prefería ser guiado por él porque de todas formas, no tenía idea de a dónde ir.

Lo siguió, dejándose guiar unas cuantas cuadras más allá. Y fue un par más en donde al fin pudo calmar sus pulsaciones, ya que se detuvo cuando dobló en una esquina. Apoyó su mano en una pared cercana para descansar. Hacía mucho calor, y el sol no dudaba en hacer el ambiente más sofocante.

''Menos mal que te detuviste'' Intentó normalizar la respiración mientras reía un poco. ''Fue como si hubiéramos corrido veinte cuadras''

Miró a su alrededor, asombrado porque era un lugar lindo y tranquilo. No había ni un alma, pero el clima y el cielo más esos árboles y esas casas pintorescas hacían el paisaje mucho más hermoso. Pero no dejaba de preguntarse por qué el enorme amigo lo había llevado hasta ahí. Aquel se mantenía expectante, mirando una casa en específico. No pasaron ni cinco segundos cuando se incorporó al escuchar unos pasos a unos cuantos metros cerca.

Un joven salió de su hogar. Tenía un aspecto que no se solía ver en las personas; pronunciadas ojeras y una mirada triste. Cabizbajo, avanzó un poco sin salir a la vereda de su casa a regar sus plantas.

No pudo ver bien sus ojos porque en ningún momento levantó la mirada. Se sintió tímido y muy inseguro como para hablarle porque para empezar, ni siquiera él sabía cómo se llamaba.

No podía recordarlo.

Pasaron unos minutos y el joven entró a su casa, dejando la puerta abierta. Tragó saliva. No sabía qué hacer porque si no hablaba con él, probablemente luego oscurecería y estaría en grandes problemas. Asique sin pensarlo más, se metió a la casa.

No era el mejor plan, pero esperaba hablarle ahí dentro y con cuidado. Bastante intruso y maleducado se sentía de haber entrado así como para no darle una explicación. Seguro terminaría haciéndole algún favor.

who i am || soonchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora