Halcón Dorado.

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"¿Es el hombre un mero error de Dios? ¿O es Dios un mero error del hombre?" - Nietzsche.
Introducción.
¿Alguna vez has presenciado algo que te dejó sin palabras? Supongo que sí ya que esto es muy normal, desde una persona que canta genial, hasta alguien que puede hacer cosas asombrosas con su cuerpo. Bueno, dentro de esta historia no habrá ese tipo de cosas ya que no busco sorprenderte, yo busco entretener no cualquier otro tipo de reacción.
Tal vez piensas que mi introducción es mala, que no estoy hablando mucho sobre el tema del que va a tratar la historia, que no estoy empezando a escribir y que sólo escribo esto para rellenar, tienes razón con todo eso pero ¿adivina qué? Este no es tu historia, es mía y si le quiero poner relleno, le pondré relleno. Ya que quedó claro que esta historia que estás leyendo es mía, déjame sigo con mi introducción.
Yo desde que era pequeño escribía pero de una forma algo "peculiar" si lo quieres ver así, con esto me refiero a que escribía el texto sin esforzarme en una hoja, y en otra lo escribía de una forma más detallada y cuidando más la caligrafía y la ortografía por lo que tardaba mucho más escribiendo. Durante ese tiempo donde pasaba las cosas en limpio verificaba el no haber dicho alguna estupidez de la cual me pueda arrepentir, ya que en ese tiempo decía y escribía cosas sin pensar dos veces, mi imaginación siempre fue grande y también muy activa, por lo que mis padres decidieron comprarme un diario con el que yo estaba comprometido en terminar hasta la última hoja resumiendo día con día lo que me pasara. ¿Saben algo? Me alegro de no haber cambiado, de usar el mismo método de escritura y de seguir con mis diarios (los cuales ya son muchos), ya que si no fuera por ellos no hubiera descubierto que mi talento era la escritura, este bello arte que pocas personas se dedican a hacer.
¿Me gusta leer? Pues claro, gracias a lectura no escribo tan mal pero bueno, dudo que vean algo en mi lista de lectura porque la mayoría de historias que veo aquí no me llaman la atención, se me hacen muy simples y repetitivas, digo, a mí no me importan las fantasías sexuales que tenga un jovencita que está pasando por la pubertad, con un coreano que canta (o cualquier famoso en general), eso a mi punto de vista es equivalente a "mierda literaria", en vez de escribir, defecan con las teclas. Tampoco me interesa el amor homosexual de dos o más personajes ficticios en formato de caricatura japonesa (anime). Ayer en la noche estaba viendo si algo se podía leer sin ver tanta mierda junta, vi una historia de otra jovencita que está obsesionada con famosos, y en cuento leí lo siguiente casi borro la aplicación: «Después de haber tenido un trío con ... y con ...» ¡Wow! En serio ¡wow! Sé qué hay personas que están desesperadas por tener relaciones sexuales pero no a tal punto de escribirlo en una aplicación donde todos lo pueden ver, y por si fuera poco tiene muchas más vistas y mejores calificaciones que otras buenas historias.
Ahí les va otra anécdota aquí (y eso que sólo llevo un día), cuando descargué la aplicación por recomendaciones de muy buenas amigas las cuales presumían leer mucho, la abrí y me pidió mi información la cual llené rápido porque ya es normal para mí llenar ese tipo de cuestionarios, luego me pidió que confirmará mi e-mail, dentro de este apartado batallé mucho porque no me dejaba hacerlo mediante la aplicación de correo, pero finalmente pude hacerlo desde la computadora. Aquí fue donde empezó el pedo, me pidió que escogiera tres libros dándome una gran variedad de tomos para elegir, escogí uno sobre Hitler el cual me había llamado la atención por el título: En la mente de Hitler, parece algo que va a tratar de los pensamientos que este gran dictador tuvo, el por qué de esta exterminación, etcétera. Pues no, es la relación amorosa de Hitler, al ver esto me decepcioné y aprendí que aquí no hay tan geniales escritores como al principio pensaba.
Yo me llamo José Francisco Villarreal Huerta, me apodan como "Pako" los que me conocen y como "Paquito" los que me tienen cariño. Nací el 6 de noviembre en McAllen, Texas y actualmente resido en Nuevo León, México. Me alegra decir que sólo soy uno más del montón, otro más que le gusta música no tan conocida, música clásica y otro más que hasta en los mensajes escribe con la mejor ortografía posible.
Ahora ya empezaré con lo que quieren, una introducción pero de la historia. La idea de esta historia realmente ya es vieja, estamos hablando de un año atrás, en ese tiempo yo usaba Amino y dentro de este hay varias comunidades, una de estas comunidades es Furry Amino la cual contiene chats de rol, eran mis primeros días en esta aplicación y apenas estaba aprendiendo a usarla. Uno de estos días entré a uno de esos chats, los cuales consisten en meterte en un personaje y usarlo dentro de un mundo ficticio, el rol era de mafia y pues me había interesado mucho los temas que se abordaban, mi personaje se llamaba Desmon y tenía una actitud parecida a la que tendrá aquí. Así que empezaré con la introducción a la historia ya.
Era un día lluvioso en Felmort, este grande pero problemático pueblo donde nacían las grandes mafias que terminaban en lo mismo, la muerte de su representante y la desintegración de la mafia. Pero había un chico que quería hacer historia, quería demostrarle al mundo quien era el mejor y demostrar que sí existía un Dios, era él. Este chico era Desmon, actualmente ya estaba muerto ese chico, hasta una estatua tenía, él era el centro de atracción de la ciudad. Hace no mucho tiempo al estar buscando en los restos de su casa, se encontró un libro que tenía escrito en forma de portada: "El diario de un mafioso", te preguntarás qué contiene, a continuación será leído sin la más mínima interrupción y en formato de capítulos para que próximamente pueda ser vendido en forma de un libro, como El diario de Ana Frank.                                   Capítulo I. Bannock
     Hola, acabo de comprar esta libreta en una papelería cercana a la casa y me gustó mucho el trato que me dieron, primero me preguntaron que para qué la usaría, a lo que yo respondí.
     —La necesito para un diario que quiero hacer, principalmente para registrar mi día a día—Respondí amablemente a lo qué el señor me había preguntado.
     —Está bien, enseguida le doy una que estoy seguro que le servirá—Dijo el señor para después caminar hacia una estantería que tenía cerca—. Usted es nuevo por aquí, ¿verdad?
     —Sí, hace unos días que me mudé a esta zona y ya encontré un trabajo que me vendrá genial para empezar a ganar algo más.
     —Me alegro por usted—Dijo el señor mientras me daba una libreta, exactamente la que necesitaba—. Serían $15, por favor.
Sin decir nada más le pagué la cantidad que me pidió y partí de allí hacia mi casa, ahora mismo estoy en mi casa y voy a ir a mi trabajo, espero que todo me vaya de maravilla este primer día.
Listo, ya he vuelto de mi trabajo el cual también ya dejé por uno aún mejor, te explicaré cómo pasó. Pues fui tranquilamente a mi trabajo, al estar en mi auto veía a un tipo cubierto con un smoking negro y un sombrero estilo mafioso, la verdad pasé de él y seguí con mi camino, al llegar a mi trabajo me asusté demasiado ya que él mismo tipo estaba en la entrada igual que antes sólo pasé de él, ignorando si me buscaba mí o no. Entré a las oficinas y bueno, fui corriendo con la recepcionista y al estar frente de ella me dijo.
     —Usted es Desmon, ¿verdad?
     —Exactamente, ese soy yo.
     —Está bien, lo primero que tendrá que hacer es ir a la oficina 308# a preguntar por su puesto, y a responder algunas preguntas que le harán.
     —Claro—Dije mientras ahora me dirigía a esa dichosa oficina, estaba casi rezando porque no me tocará un mal jefe, al entrar quedé sorprendido ya que mi jefe era una mujer, era una hermosa mujer pero no le presté atención a esto sino a una foto de ella besándose con un hombre horrible, incluso más que yo.
     —Buenas tardes, señorita.
     —Buenas tardes, joven. Como usted sabrá yo soy ahora su jefa, y bueno espero que nos llevemos muy bien aquí, mi nombre es Karen y usted es Desmon.
     —Sí...
     —Para empezar el día necesito que me traigas algunos papeles de tu casa—Me puso una carpeta encima del escritorio—. Y que llenes eso, trabajarás desde tu casa y esos papeles me los tendrás que traer mañana. Ahí viene qué papeles necesito y qué necesito que llenes.
Claro, mañana en la mañana tendré todo listo—Dije mientras me levantaba y salía de allí, mi cara reflejaba las pocas ganas que tenía de hacerlo, las ganas de dejar el trabajo. Salí de las oficinas y volví a ver al hombre, me miraba de una forma muy curiosa, a tal punto que me incomodaba su mirada. Él se acercaba a mí y entre más cerca estaba más terror sentía, yo estaba paralizado del miedo.
—Hola, señor—Me dijo él con mucha educación lo que me hizo tener más miedo a lo que me pudiera llegar a hacer.
—Hola—Respondí con la voz muy temblorosa, sentía que estallaría.
El hombre dejó una pequeña hoja a mis pies, me miró por última vez y salió corriendo de ahí. Vi todo lo qué pasó muy asustado, recogí la hoja y caminé tranquilamente hacia mi auto, en el camino iba viendo la hoja.
"Bannock" Decía en grande, la hoja era pequeña, como una invitación y con papel foto. Esta era de color blanco, café y dorado y tenía un número telefónico abajo de una dirección.
Ahorita estoy en mi casa y acabo de llamar a ese número, fue una conversación muy curiosa.
     —¿Hola?—Pregunté curioso al haber llamado a tal número—. "¿Es este el número correcto?"—Pensaba algo confundido.
     —Hola, buenas tardes—Dijo la voz a través del teléfono, era una voz muy grave y parecía vieja.
     —Buenas tardes, ¿estoy llamando a Bannock?
     —Claro, y serás parte de él, pero primero necesito unas cosas.
     —Claro, ¿cuáles son esas cosas?—Pregunté mientras veía la puerta, una tarjeta se deslizó por debajo de esta.
     —¿Ves la tarjeta? Necesito que la agarres y compres algunas cosas—Dijo la voz y seguidamente tosió—. Necesito que compres un smoking negro y un sombrero circular, de esos que tanto usan los mafiosos, ¿ok?—Dejo un espacio de silencio para luego volver a hablar—Y en una armería, específicamente la que está más cerca de tu casa, te van a dar un maletín algo grande y cerrado con candados, siempre y cuando lleves la ropa que te mencioné. No abras el maletín ni le prestes atención, lo único que harás es traérmelo y yo te diré qué sigue.
     Se había cortado la llamada en cuanto terminó de hablar, yo no dije nada y me fui al auto,al estar ahí arranqué y me dirigí a una tienda de ropa donde, me atendieron rápido, no tanto como esperaba pero bueno, ya tenía lo primero. Pagué con la tarjeta que no tenía nada de especial, era tan simple como todas, tan simple y repetida como una mujer. Salí de la tienda y caminé hacia la armería que casualmente estaba en seguida.
     Al estar en la armería me acerqué al hombre que atendía fingiendo una mirada firme y dura, te podía asustar de lo serio que estaba, sobre todo con esa ropa.
     —Vengo por el paquete.
     —Claro—Sacó un maletín y lo puso en la vitrina.
     —Qué tenga un gran día, buen y sumiso hombre—Dije burlonamente, pero al nota que el chiste no fue de su gusto me asusté un poco.
Capítulo 2. El nuevo
Próximamente...

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⏰ Última actualización: Nov 23, 2017 ⏰

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