La Boda

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No me apetecía volver a Madrid.
Y menos para esto...
Hace tres días estaba con Alexandra y Kiara en un feria de un pequeño pueblo de Italia. Escuchando la música, disfrutando de una preciosa noche junto a una chica más bella aún comiendo algodón dulce.
Y ahora me encontraba en Madrid para asistir a la boda de mi madre con Xavier, había llegado la invitación y ponía también para llevar un acompañante. ¿Mi madre sabía de Alexandra?.
Kiara decidió volver a León para visitar a su madre y a Valeria.
Y aquí estaba. Con Alexandra en pleno centro de Madrid buscando un traje para la boda.
-¿No estás feliz? - dijo Alexandra que estaba en el probador de una tienda.
- ¿Tú sí? - pregunté sentado con mi traje posado en mis piernas.
Mi relación con Alexandra había mejorado mucho este verano, la volvía a amar con toda mi alma.
-Claro que lo estoy, por fin estamos solos y podemos estar tranquilos - Alexandra salió con un vestido de color rojo fuego precioso, tenía solo una manga.
-Ya pero no tienes que acudir a una boda, a la cual no quieres ir -
-Si quiero ir, así conoceré a tu madre -
-No me apetece ver a mi familia, y mucho menos a la suya -
-Hazlo por tu madre -
-Lo hago por ella -
-Solo serán unos días, luego volveremos a irnos - Alexa me sonrió.
-Me encanta estar contigo y también con tu hermana -
Alexandra río y volvió a entrar en el probador.
Victoria había convencido a Alexandra para ayudarla con este viaje así no tendríamos que trabajar, dormíamos en pensiones baratas para no abusar del favor de Victoria.
Alexandra después de probarse unos diez vestidos diferentes se acabó quedando con el vestido rojo.
Volvimos a la pensión que habíamos encontrado.
Alexa estuvo hablando con Kiara, todo estaba bien por León.
-Descansa, mañana tendremos que estar con muchos mortales - en este tiempo había ayudado a alimentarse a las dos hermanas sin levantar sospecha.
A la mañana siguiente, cogimos el metro vestidos de boda, la gente nos miraba y con razón. Sobretodo a Alexa que su vestido rojo resaltaba aún el negro de su cabello.
Llegamos a una pequeña iglesia, y una señorita que llevaba un vestido morado y una ficha donde miraba las invitaciones.
-¿Nombres? - dijo la señorita sonriendo.
-Alexandra y James - dije sacando mi invitación.
-Aquí estáis, acompañadme por favor- nos llevo a dos asientos situados en las primeras filas.
Alexa y yo nos sentamos y empezamos a observar a los demás invitados.
-¡James! - era la voz de mi primo Robert.
Salude a mis primos y mantuve una "conversación" con mis tíos. Palabras forzadas con sonrisas aún más forzadas.
-James, tú madre te está buscando - dijo mi tía María.
Deje a Alexa en nuestros asientos y fui hasta una pequeña carpa blanca.
Al entrar ví a mi madre vestida con un traje blanco como el de todas las novias y a mis tías peinando, maquillando y moviéndose de un lado para otro.
-James - mi madre me miraba a través del espejo en el que se estaba mirando.
-Me han dicho que querías verme -
-¿No ibas a saludar a tu madre? -
-No tenía ninguna intención de venir a esta boda... - recordé las palabras de Alexa - sólo lo hago por ti -.
-Gracias, significa mucho para mi que estés aquí, después de lo sucedido las navidades pasadas - hubo un momento de silencio - ¿Pensé que me presentaría a tu acompañante? -
-¿Como sabes de ella? -
-Por Dana...ella fue quien me lo dijo -
-¿Dana? -
-A ella fue a quien iba a invitar pero me dijo que estabas saliendo con alguien... ¿No pensabas decírmelo? -
-No eres la más indicada para reprochar me que no te lo he dicho madre -
Salí y volví con Alexa, saludando forzosamente a todos los familiares con los que me encontraba.
Me senté al lado de Alexa sin decir nada.
-¿Todo bien? - preguntó.
-Se que has podido oirnos... y estoy seguro de que lo has hecho - Alexa sonrió.
-Ha sido algo más complicado con tanta gente hablando pero sí... ¿Osea que Dana esta detrás de mi invitación? -
-Eso parece... -
La ceremonia fue lenta, se me hizo eterno como la última hora de clase antes de las vacaciones.
Durante el banquete la familia de Xavier quiso conocerme, algo que a mi no me agrado.
Llegó el momento de los brindis de los invitados.
-Me gustaría que me hijo James dijera una palabras - Todos me miraron.
Alexa me dió un codazo en el costado, para levantarme. Me puse de pie para hablar, aunque no tenía nada que decir.
-Quería felicitar a mi madre y a... Xavier, por su enlace...Espero que seáis felices y viváis muchos años buenos el uno con el otro. Aunque no me gustaría ningún hermanastro - la gente rió - Me gustaría levantar mi copa por los protagonistas de hoy que su amor sea eterno - mi madre sonreía emocionada.
Me volví a sentar.
-Ha sido precioso - dijo Alexandra.
-Eso espero, fue lo primero que se me ocurrió -
La comida fue en un gran comedor, los típicos "Viva los novios" cada dos segundos.
Y cuando empezó la hora de los bailes y de beber, todo empeoró ya que alcohol y gente con ningún tipo de ridículo son malas combinaciones.
Alexandra salió a contestar una llamada de Kiara, al rato ví la figura de Alexandra más pálida de lo normal, se tapaba la boca con la mano, una expresión de horror oscurecida su rostro. Me miraba fijamente.
Salí rápidamente hasta donde estaba ella.
-¿Alexa? ¿Qué ocurre? -
-Han atacado a mi madre... -
-¡¿Atacado?! - miré al rededor para saber si no había nadie y llevé a Alexa hasta un porche a sentarnos - ¿como se puede atacar a un demonio? -
-Siendo otro demonio - dijo Alexa con la miraba perdida.
Alexa rompió a llorar.
-Tranquila, seguro que está bien... ¿Y tus hermanas? -
-Ellas no pudieron hacer nada... - Alexandra se secó las lágrimas - James...Tengo que volver, si no me quieres acompañar lo entenderé -
-Si enserio crees que no te voy acompañar hasta el fin del mundo... - Alexa río. - A demás tu me has acompañado a esta boda, y prefiero enfrentarme a demonios que a una boda -.
Fui a despedirme de mi madre, y a decir que teníamos que irnos por que la madre de Alexa estaba mala.
Alexa y yo aparecidos frente a la puerta de su casa, ese era un don que le costaba controlar a Alexa y procuraba hacerlo poco.
Alexa entró corriendo en la casa y yo permanecí en frente de la puerta esperando a que se me pasara en temblor de piernas.

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