Capítulo 4

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No creí ni una sola palabra, asi que bajé a La Tierra para demostrárselo. Pero era verdad, su corazón no latía. No me lo podía creer, me prometí a mi mismo que vengaría su muerte, pero primero, hice realidad su sueño. Ese mismo que me había confesado en secreto esa misma noche.

Ahora forma parte de las constelaciones, de hecho, una de las más brillantes de todo el entero firmamento. Después de 3.870 años, sigue brillando, incluso cuando la oscuridad amenaza.

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