Todavía recuerdo los rostros compungidos de mis padres en el aeropuerto, aunque sonará duro y triste, debía marcharme con mi abuela rumbo a Corea.
Su estado de salud no se encontraba muy bien últimamente, el hecho de encontrarse sola a veces resultaba un poco difícil. Además, la oportunidad de estudiar en otro país sonaba muy tentador.
Al pasar las horas, finalmente había logrado pisar suelo asiático, varios veranos habían transcurrido hasta mi regreso. Tomando mi equipaje, rápidamente salí en la búsqueda de mi familia.
Las figuras sonrientes de mi abuela y primo me guiaron hacia ellos. Con pasos acelerados logré acercarme en dos segundos.
Pude observar como los ojos vidriosos de ella me observaban con admiración. Estrechandome en un abrazo grupal, me dieron la bienvenida.
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Al instalarme en la residencia donde vivía mi abuela, ella me había incitado a conocer el lugar, la cuidad de Goyang no quedaba muy lejos de la capital, por lo que podría hacer amigos sin ningún problema.
Caminando por las verdes calles, coloque los auriculares en mis oidos dándole play al reproductor. Acomode las manos en los bolsillos, y estudie mi alrededor.
Al ser una hora donde los comercios se encontraban cerrados, no había mucha gente circulando por la calles. Aunque no esperaba hacer ningún amigo el primer día, me había desanimado un poco.
Llegando a la plaza central, me adentre al pequeño bosque que este, contenia un gran estanque.
Los patos y gansos se encontraban nadado en el lago sin ningún problema. No quería molestarlos por lo que me mantuve alejada, observando el gran paisaje.
Un pequeño sonido acompañado de un flash habían captado mi atención.
Al voltear levemente mi cabeza hacia la derecha, la figura de un chico un poco más alto que yo, con una cámara en sus manos, me sorprendieron.
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No lograba entender que había pasado, él pareció notar mi confusión, por lo que un poco nervioso, bajo el aparato de su visión dejando su rostro al descubierto.
-¿Te molesta si tomo fotos de tí?-
Un poco confusa ante su pregunta, mis labios se separaron levemente formando una o. Observando a mis costados comprobado que me hablara a mí, volví mi vista a él.
