VII: COMO LOGRAR UNA MAGNIFICA RENOVACIÓN

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  Aunque es posible que una persona no pueda definir el momento exacto de conversión, los cambios movidos por el Espíritu testifican del magnífico acontecimiento. Los cambios producidos no son movidos por deseos personales, es el Espíritu quien impulsa cada fibra del ser. No hay evidencia de arrepentimiento verdadero cuando no hay una evidente reforma.

 Debemos evitar fijarnos en nuestras propias obras y por otro lado pensar que la fe en Cristo nos exime de guardar la ley. Recordemos que la obediencia no es un mero cumplimiento externo, es un servicio de amor, es la verdadera prueba del discipulado. Cristo cambia el corazón y habita en el por fe, así no hay en nosotros motivo de jactancia. 

A menudo caemos pero no debemos desesperar, oremos con más fervor, desconfiemos de nuestra propia fuerza y aferrémonos al poder de Cristo. Cuanto más cerca estemos de Cristo más imperfectos nos veremos porque no puede haber amor profundo al Señor en un corazón que no conoce su propia perversidad. Mientras menos cosas de estima veamos en nosotros mas apreciaremos la pureza y santidad infinitas de nuestro salvador y tanto más reflejaremos su imagen.  

EL CAMINO A CRISTO (RESUMEN)Where stories live. Discover now