Ahora me percato de que soy simplemente un personaje secundario de una obra de teatro la cual ya tiene sus propios protagonistas.
Ya el príncipe tiene a su princesa, y por lo que alcanzo a ver no necesita a este dragón en su final feliz.
No sé si es mejor bajar el telón y acabar con esta farsa o seguir evitando la cruda realidad.
Irme volando no parece estar entre mis opciones, mientras que la de dejarme vencer sí.
Solo falta esperar a escuchar a los aplausos que digan que esta tortura ya ha acabado.
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Inefable
PoetryNo todos los colores son alegres. No todas las lágrimas son por tristeza. Simplemente no. Bienvenidos a mi corazón.