La Caja de Colores

Presencia oscura

Muy cerca hay una presencia oscura.
Ella deleita mi alma y me llena de miedo.
Muerte, muerte encontré en mi aposento.
Fue como si dios pan, con su cuerpo viril, me acechara.

Otra vez siento una presencia oscura,
Pero ahora tortura mi seno y mi estómago cardíaco.
En el espejo contemplé un loco y ezquizofrénico,
Que se asustó al ver hormigas en sus mano y en su cara.

Esta vez mi piel se enriza al ser tocada por una presencia oscura.
Acudí a náuseas para expulsar ese demonio pero mis vómitos fueron pesadillas.
Todo indicaba que era obra de María y sus intervenciones humadas.
Aunque, ella no había sido probada y nunca pensé que fuese mi cura.

Ahora yo soy dominado por una presencia oscura.
Sentí que mi alma se deslizaba de mi ser,
Maltratadora ocasión que lastimó mi querer.
Mi querer decir: "¡Mi futuro alumbra!"

Aquí mis poros brotan gases de una presencia oscura.
Gases diabólicos con escalofríos que me querían asesinar.
Fue como un grito de auxilio que necesitaba escuchar.
Pero, ignoré mi alarma neurológica y en mi mente resonaba la palabra: para.

Ya mi cuerpo es parte de una presencia oscura.
Traté de esconder su existencia con el dormir,
Pero su pánico me hizo creer que me iba a morir.
La irrealidad de ese momento era tan real como la vida dura.

Por fin acepto que yo soy la presencia oscura.
Desconectada realidad entre mi mente y mi cuerpo.
Porque esconter la verdad, acabó con mi cerebro...
Era cierto que todo estaba en mí pero el ser se acostumbra.