Actor del método

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Cuando las luces se encienden, mi voz suena clara y decidida:

—Todo en la vida es cuestión de costumbre, salvo morir. ¿Alguna vez imaginaste que morirías así?

—No tienes por qué hacerlo. —Una lágrima rueda por su mejilla. Traga saliva y añade—: No lo hagas.

—He de hacerlo.

Hundo el cuchillo en su pecho: una vez, dos, tres.

El telón se baja mientras me llega el aplauso atronador del público desde el patio de butacas.

***

La veo después en el camerino. Todavía tiene la blusa blanca manchada de sangre.

—Voy a dejarlo.

—Siempre dices lo mismo. —Se quita la blusa y se limpia con una toalla los restos de sangre falsa.

—Esta vez es verdad. Prefiero morir a repetir una vez más ese estúpido monólogo. ¿Has visto cómo aplauden? ¡La obra apesta y aun así esos gilipollas se levantan y aplauden como si no hubiera un mañana!

—Estás cansado, eso es todo.

Me da un beso en la mejilla y me deja solo, pensando en la vida y en la muerte o, mejor, en mi vida y en su muerte. La mato cada noche, tres veces por semana desde hace ya dos años. Yo quería trascender a través del arte, quería hacer algo que valiese la pena, algo por lo que el mundo me recordase. Quería ser auténtico y eterno y no soy más que un títere que repite las palabras que otro ha escrito, palabras vacías de una obra vacía.

***

Cuando las luces se encienden de nuevo, mi voz suena como suenan las verdades:

—Dicen que todo en la vida es cuestión de costumbre. Se equivocan: uno no se acostumbra a vivir.

Sin darle tiempo a decir sus frases, clavo el cuchillo en mi vientre. Mientras agonizo, el público aplaude.

Lo he conseguido.

Un aplauso sincero.

Finalmente viví.


Nota: Tercer desafío del concurso @E_IceAndFire

Crear un microrrelato entre 150 y 300 palabras (este tiene 300 palabras exactas).

Asignación de categoría: Espiritual.

¡Espero que os guste! ¡Nos leemos!

La herencia del verdugo y otros microrrelatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora