Día 10:
Hace poco más de una semana que permanecía abandonado en el inmenso y deshabitado espacio, mi nave viaja sin rumbo fijo a lugares y direcciones desconocidas por mí. Parece ayer que estaba en el planeta tierra, con mi familia, viendo, sin darle importancia, el cielo azul que ahora añoro tanto. Me arrepiento con cada partícula de mi ser, haberme embarcado en esta exploración, "el primer ser humano en el espacio", decían los que conocían mi fama que se extendió por todo el globo. Me volví la gloria de mis amigos y allegados y la envidia de mis enemigos, ahora sólo observo el espacio y sobrevivo racionando la comida y el agua que eran para una órbita terrestre que duraría tres semanas. Miro por la única ventanilla de mi pequeña nave y me siento como abandonado en una isla deshabitada, exceptuando la presencia de árboles, fieras, aves y serpientes, sólo yo, mi nave, y la inmensidad del universo. No sé si el espacio estaba destinado a ser mi tumba o sencillamente fueron una cadena de sucesos desafortunados motivados por el azar, los que originaron mi fatídico fin.
Día 11:
No sé de donde surge mi esperanza, pero todavía siento que es posible mi milagroso retorno a la tierra. Ocupo mi tiempo organizando las anotaciones y experimentos de carácter científico que me encargaron, además de leer algunos libros que traje, de los cuales mi favorito es "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry. Su personaje principal me recuerda la inocencia de los niños comparada con las tragedias y errores de los cuales los adultos somos partícipes. Ejemplo de ello es que, cuando joven, en una ocasión, supe de un hombre que se ahorcó debido a un problema con su pareja y su hijo de 12 años fue el primer testigo de la dantesca escena. No es necesario explicar la increíble aberración que representa el suicidio, pero es aún peor que las personas que realizan este acto no consideran, muchas veces, como puede afectar a sus familiares y amigos: ese niño jamás olvidará la imagen de su padre colgado, le afectará el resto de su vida.
¿Hasta qué punto pueden llegar los problemas de una persona para cometer esa falta? La vida es algo beneficioso en cualquier circunstancia, en
este caso puedo ponerme a mí mismo de ejemplo: en ningún momento he considerado abrir el mecanismo de compresión y dejar salir el aire que respiro para terminar con mi vida. Si muero, no será por mi causa... O quizás más exactamente, cuando muera.
Día 13:
La ausencia de gravedad afecta cada vez más mi estado de salud, empiezo a sentirme frustrado por el reducido espacio de mi nave que me impide moverme a conveniencia. No dejo de arrepentirme de las veces que le contesté a mi hijo "no tengo tiempo" cuando me pedía que fuéramos a pescar, ¡Qué irónico!
La Tierra se va volviendo, a medida que pasan los días, un punto muy lejano. Gracias a este hecho y a la ubicación de las estrellas calculo mi velocidad en aproximadamente 420 km/h, más rápido que muchos vehículos en la Tierra y sin embargo percibo mínimamente el movimiento. En vano, intento establecer comunicación con los científicos y técnicos encargados de hacer el seguimiento de cada paso de la misión, la distancia es muy grande y hay muchísima interferencia.
Quizás ya me habrán dado por muerto, la última vez que tuve contacto con ellos fue minutos antes de rebotar contra la atmósfera por un error de cálculo.
Mi esposa e hijo estarán llorando mi partida, todo el país lamentará la desaparición de uno de sus mejores científicos.
Cuanto daría por hablar una vez más con mi familia, no fue en vano, todos ellos saben que los amo desde el cielo.
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Diario de un Aventurero Espacial
RandomEl trágico desenlace de un proyecto de exploración espacial que salió mal le permite a un astronauta tener una concepción del universo, para luego tener una concepción más amplia de su propia vida y mundo en que vive.