Aves
Qué me has hecho… Qué me estás haciendo… aún recuerdo el daño, la confusión que causaste en mí, aún recuerdo lo inciertas que eran las cosas, pero también recuerdo estar echados en tu sofá crema sin nada mejor que hacer que escuchar buena música y perdernos dentro de nuestras mentes, nuestras mentes llenas de ideas, llenas de amor, de ilusión, de vida. Eras mi perdición, lo sigues siendo, y aún cuando te veo siento esa necesidad de tener todo aquello que tuvimos ya hacía algún tiempo. Por ti odié noviembre, y por el otro odié octubre. Sentía esta clase de euforia inexplicable cada vez que hablaba contigo, y cada vez que te veía era como si caminase por las nubes, no causaste nada productivo en mí, y ahora cuando te veo, te saludo a medias. Cuando te hablo, te hablo a medias… cuando hago algo contigo, lo hago a medias. ¿Por qué? Porque si lo hiciera por completo entonces caería en el mismo juego.
Eres nada hasta que lo seas todo.
Hahaha, qué gracioso. No entiendo cómo es que nosotros funcionábamos. Estuviste presente antes que lo demás con el otro comenase, y seguías presente cuando todo sucedió, solo que yo no creí que estuvieras ahí, no lo creí porque dolía, porque no era lo correcto, porque tú ya me habías dado el veredicto. Pero yo aún escucho aquellas canciones, yo aún pienso en ti cuando la guitarra comienza a sonar y sigue la canción sin voz. Aún pienso en ti cuando los tambores retumban y el sonido hace vibrar todo lo que me rodea. Sentada en otro sofá, ya no es crema, ya no es el tuyo. Ahora es amarillo, y no es mío como para decir que tengo mal gusto… ya no es la misma canción sin letra, ni el mismo álbum que solo tú y yo conocemos, es una canción más popular, con letra… que todos conocen… porque él no es tú, aunque quisiera, jamás lo será, pero cómo decirte que así caí. Que aún te recuerdo. Aún.
¿Te acuerdas cómo hacerme existir? Yo te revivo todo el tiempo, tan solo piensa en mí, y déjalo ir.
Si fuese tan simple como decirte todo lo que aún siento por ti y las cosas resultasen tan bien… tan bien que estaríamos juntos, tan bien que me aceptarías y me dejarías entregarte todo de mí, pero no lo es. La realidad no es dulce, no es dulce como aquel ritmo del número 5. Déjame entregarte mis plumas, mis alas, mi pico, mis patas. Déjame volar como las aves si no es a tu lado. No creas que me había olvidado de ti, tú me inspiras a escribir… me inspiras a vivir, y sacas lo más artístico de mí. Quizás ahora estés con alguien más, quizás ahora lo único que buscas es una amistad… a medias. Y no me molesta. Sorprendentemente, no me molesta. Sé feliz con quien quieras serlo, pero déjame pensarte, déjame pensartecomo cuando te pensé por primera vez, déjame revivirte una y otra vez en aquel sofá crema, “perdiendo” nuestro tiempo compartiendo el amor que teníamos el uno al otro a través de la música. Porque nunca dijiste que me amabas, ni lo demostraste tampoco… pero aquel álbum que solo conocíamos tú y yo, aquellas canciones sin letra, aquella guitarra que retumbaba dentro de mi voz, me sigue sacando una sonrisa porque me recuerda a ti.