Capitulo 13

1K 107 17
                                    

—¿Te mortifica?

Pregunta riendo leve.

—¿Q-qué?

—Que te vayas y perdamos contacto, ¿me equivoco?

—No, no te equivocas, Wyatt.

Me pone nerviosa su mirada en mi.Después de unos cuantos minutos de incómodo silencio llegamos a mi casa.

—Pues... llegamos.

Susurro triste por dentro.

—Si, llegamos.

Suspira pesado.

—Ojalá te vuelva a ver...

—Seguro que si.

Ríe, yo no sé qué es lo que le causa tanta gracia, me iré, me ama, nos vamos a casar y no me intenta detener.

Me arriesgo, y me acerco para darle un fuerte abrazo, Wyatt al instante corresponde a este apretándome con más fuerza aún.

—No me olvides, Wyatt.

Susurro inaudible, pero no para su oído cercano a mis labios.

—No lo haré, ¿como lo haría?

Intento contener mis lágrimas, mis ojos se cristalizan y una que otra gota moja su hombro.

—Anda ve a empacar, luego te deja tu avión.

¿Por qué esas palabras me quiebran tanto el corazón? Pues claro, no me intenta detener, seguro su mayor deseo es jamás volverme a ver, tal vez sea demasiado obvia con mi atracción hacia el que le incomoda. Debo importarle, nos vamos a casar.

Siento que planta un dulce y leve beso en mi cabeza que se recuesta en su hombro derecho.

—Nos vemos, Wyatt.

—Nos vemos, Hannia.

Intento entrar lo más rápido posible a mi casa, no quiero alargar más esta desgarrante despedida.

Mis padres están preparando una clase de regalo para mi, no se dan cuenta que entré debido a que cerré la puerta lentamente. Subo a mi habitación, hago mi maleta, me arreglo un poco más y bajo nuevamente ya preparada para irme.

Mi hermanito me da una carta, y mis padres me dan el regalo, lo abro y me doy cuenta que es un iPhone 8, lloro, lloro de la emoción y les agradezco.

Nos subimos todos y me llevan al aeropuerto, nos despedimos, y subo al avión para ir a mi nuevo hogar.

Los Ángeles.

En el avión voy dormida, es un viaje de 6 horas, así que. Me despierto, y ya estoy allá.

Busco el edificio en el que viviré, entro, me registro y subo a mi departamento, es muy lindo y grande para que solo vaya a vivir ahí yo.

Wyatt OleffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora