Autor/a: Catty__123
-¿Realmente crees que soy un humano? -pregunto en un susurro haciendo que mi cuerpo temblará -Debiste haber echo caso a las advertencias de Naruto... Hana -bajo la mirada
_________________________________________
Historia 100% m...
"Cuando eres niño nadie te dice que el amor pueda ser tan... devastador."-Anonimo-
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La brisa acariciaba mi rostro suavemente, hoy era un día de estos en los que las familias se quedaban en sus casa a causa del clima frío, la gente prefería quedarse tomando una taza de café o chocolate mientras platicaban o veían televisión.
Lamentablemente ese no era mi caso, desafortunadamente tenía que trabajar en el local de mis padres todas las vacaciones, mientras ellos se iban a un viaje ganado a Canadá, realmente era frustrante tener que cocinar para mí sola, comer sola, hacer todo sola.
-Gracias por venir-dije a un par de señoras mientras entregaba el cambio-Vuelvan pronto-sonreí
Las señoras me dedicaron una dulce sonrisa y salieron de la cafetería.
Solo faltaba media hora para cerrar la cafetería, y a mi me parecía una eternidad esperar treinta minutos, fue como si el tiempo me quisiera torturar.
Me gire hacia las máquinas de café y después comenzé a limpiarlas.
Escuché la puerta abrirse, dejé de limpiar las máquinas de café y voltee.
Me acerque al hombre que había llegado y sonreí.
-¿Que va a pedir?-pregunte sin dejar de sonreír
-Un café cargado-dijo mirando su teléfono
-¿Gusta acompañarlo con algo?-alze un ceja
El señor o más bien el chico me volteó a ver.
Era un chico atractivo, ojos negros, cabello azabache y con rostros perfecto, pero lo que más me sorprendió fue su color de piel, era un poco pálida pero también era un poco morena, sin duda un color extraño de piel.
-No -dije el chico sin dejar de mirarme
Asentí y me di vuelta, caminé lo más rápido posible hasta la máquina de cafés.
Miraba mi teléfono mientras esperaba a que el café estuviera listo, de vez en cuando le daba pequeñas miradas al chico pero no con el objetivo de coquetear con el... Simplemente me daba curiosidad todo en el.
Mi teléfono comenzó a sonar llamando la atención del chico, miro el aparato en mis manos y después me miro a los ojos, sonreí nerviosa y después mire mi teléfono.
-Bueno-respondí
-¿Hana?-escuche que preguntaba
-No, soy su secuestradora y quiero diez millones de pesos-dije divertida
