El Día de mi muerte, fue tan común como cualquier día de mis estudios escolares.
Hubiera sido mejor que me hubiese regresado como siempre en el autobús, pero me molestaba el tiempo que tardaba en llegar a casa.
Recuerdo la mentira que le inventé a mamá para que me prestara su automóvil: Entre los muchos ruegos y suplicas, dije que todos mis amigos manejaban y que lo consideraria como un favor especial si me lo prestaba.
Cuando sonó la campana de las 2:30 de la tarde para salir de clase, tire los libros al pupitre, estaba protejido hasta el siguiente día a las 8:40 de la mañana: Corrí neurótico al estacionamiento a recojer el auto, pensando en que iba a manejarlo a mi libre antojo.
-Como sucedió el accidente? Eso no Importa. Iba corriendo con abundancia de velocidad, me sentía libre y gozoso, disfrutando el correr del auto. Lo Ultimo que recuerdo es que rebase a una anciana, pues me desespero su forma taan calmosa de manejar.
Fue entonces que... Oí el ensordecedor ruido del golpe y sentí un tremendo sacudimiento... volaron fierros y pedazos de vidrio por todas partes, escuche gente gritar, snetí que mi cuerpo se volteaba al revés, incluso, escuche mi propio grito.
De repente desperté. Todo estaba muy quieto y un policía estaba parado junto a mi. También vin un Doctor, mucha gente al rededor mio...