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Salí del instituto y esperé a Adri en la puerta. Después de 20 minutos me envió un mensaje diciéndome que no le esperara, que tenia mucho que estudiar y se iría a la biblioteca.
Decidí emprender el camino a casa sola.
A mitad de camino me encontré a Lucía comiéndose con uno de sus musculitos secuaces, aparté la mirada y me centré en mi objetivo, llegar a mi casa. Dos minutos después oí la risa de mi promiscua compañera demasiado cerca, algo malo iba a pasar, estaba segura de ello. Apareció un chico alto, musculoso, con la piel pálida y vestido completamente de negro; su mirada me avisaba que lo que se avecinaba no sería bueno... Sacó una navaja y me la fue a clavar en las costillas, de fondo se podía oí aún esa siniestra risa que me estaba desquiciado, me aparté y empecé a correr, solo había conseguido hacerme un corte leve, escuche a la causante de mi herida gritar "se escapa" y me escondí en el primer callejón que encontré.
Saqué mi teléfono para avisar a alguien pero no tenia ni datos ni cobertura y tampoco podía salir de mi escondite porque no sabía lo que me harían... En ese momento apareció Adri en el callejón, yo me encontraba sentada en el suelo, llorando con la camiseta llena de sangre... Su cara de horror lo decía todo, me dolía un poco el corte pero eso no era lo que rondaba mi mente, solo quería ir a casa y curarme.
Adri me llevo a caballito mas de medio camino, cuando llegamos a mi casa fuimos directamente a mi habitación, cojío el botiquín del baño y me curo la herida lo mejor que pudo.
Le pedí que se quedara a dormir conmigo y aceptó, llamó a su madre y a los 20 minutos estábamos los dos dormidos en mi cama.

TorturasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora