–¡Baja las luces!– gritó Jimin. Golpeando el guardabarros delantero del auto de Jungkook. Hoy, definitivamente no había sido su día.
–Joder, perdona...– se disculpó él, dentro de su auto. Bajo las luces. Jimin cruzo la calle rápidamente, salpicando el agua de la lluvia con sus zapatos. –¡Oye!– gritó Jungkook, para que Jimin pudiera escucharle. –¿Te llevo?
Jimin trago saliva. Respiró hondo. Tenía el cuerpo completamente mojado, las pantorrillas cansadas, la cabeza hecha una mierda. Él hecho una mierda.
Corrió hasta la puerta copiloto del auto de ese hombre que ni siquiera conocía. Pero a esas alturas, eso era lo último que le importaba. Entro. Una pierna. Luego la otra. Cerró la puerta. Se secó el cabello, echando la cabeza para atrás. Jungkook miró de reojo. Así podía ver mejor las cosas... él mojado, aquella camisa resplandecía su buen trabajado cuerpo. Aquellas clavículas que de repente llamaban tanto su atención. Un ligero calentón invadió a Jungkook de pronto.
–¿A dónde te llevo?– le pregunto Jungkook. Apretó el acelerador de nuevo, el semáforo había vuelto a verde.
–No lo sé...– susurró Jimin. Tenía la voz debilitada. –No tengo donde ir.– confesó. Jimin se atrevió a desviar su mirada hasta Jungkook, a pesar de la oscuridad, tenía que admitir que era guapísimo.
–Eso es malo...– se burló el castaño.
–Muy malo.– le siguió Jimin. Colocó sus dos manos sobre su rostro. Si le contara al menos una pequeña cosa de las que había vivido hoy...–¿Sabes? Hoy todo se ha vuelto una mierda.
–¿Cómo te llamas?
–Park Jimin.– le dijo, estiró su mano hasta él.
–Jeon Jungkook.– le respondió él, estrechando su mano. Tocándolo. Tocándolo como hace unas horas lo había hecho. –Y... Jimin, ¿Por qué todo es una mierda hoy?– se miraron. Jimin sonrió.
–No creerías si te dijera que hoy han robado el lugar en donde trabajo, y que yo he sido cómplice de todo eso.
Jungkook lo observó. ¿Qué decirle? Solo actuar normal... él no sabía nada. Él no había hecho nada.
–Vaya, ¿enserio?
–Sí. Todo un lío. Mi jefe piensa que yo estoy involucrado con uno de esos tíos y... me ha despedido. ¿Genial, no?
Jungkook tragó saliva.
–Es un imbécil. No creo que tú tengas que ver.
–No tengo que ver. Es solo que... yo he abierto la caja fuerte... yo era la única que conocía las claves.
–¿Mala suerte?
–La peor.
–No es tan malo... seguro te aceptaran en otro lugar...
–Es malo, me han quitado hasta el departamento en donde vivía.
A Jungkook le dio cierto regocijo en el estómago. Joder, ¿era cierto? No se lo merecía en absoluto.
–Lo siento mucho...
–No tienes de qué, tú no tienes la culpa.
Un remordimiento más. Lo dejó pasar.
–Y... ¿Qué harás?– inquirió él.
–No lo sé.– suspiro Jimin. De una manera, su vida se había vuelto totalmente incierta en ese momento. No tenía trabajo. No tenía a donde ir y solo contaba con un poco de dinero, por la reciente mudanza.
–¿Tienes donde dormir?
Jimin abrió los ojos, pero no lo dio a notar. Apretó los labios y lo miró de reojo... que guapo era... mucho... sus brazos contra el timón le estremecían. Le hacían querer tocarlos. Acariciarlos. A él. A él completamente. Mientras mordía sus labios, negó con la cabeza.
–Te... ¿te molesta si duermes en mi casa hoy? No tengo problema.– dijo sin demostrarle alguna emoción. Quería parecer frío y desinteresado.
–¿Tú y yo...
–Dormiré en el diván, no te preocupes.
Jimin rió. Broma de mal gusto, él no quería eso. Tal vez... tal vez se estaba imaginando otro tipo de escena...
–Claro, si no tienes problema... puedo quedarme.
Jelooou xingus~
Aquí nuevamente!! Espero que les este gustando la historia, y que no se les olvide votar <tres <tres
Toda la vida voy a estar enamorada de la manera en que los ojos de Jungkook brillan cuando observa a Jimin.
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|TENTATION|+18|KOOKMIN|
FanfictionEse mismo día. . . robaron el banco más grande de todo Corea del Sur. Ese mismo día. . . uno de ellos. . . se enamoró para siempre. |ADAPTADA| La historia no es mía. Fue el primer fanfic que leí, y aunque ha pasado el tiempo siempre sera mi fanfic...