01 { Que empiece la venta } ✅

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Me escuece las muñecas, los tobillos igualmente, el frío me abraza y hace que mi cuerpo tiemble y se acurruque aun más en mi propio espacio tratando de encontrar algo de calor en la fría habitación

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Me escuece las muñecas, los tobillos igualmente, el frío me abraza y hace que mi cuerpo tiemble y se acurruque aun más en mi propio espacio tratando de encontrar algo de calor en la fría habitación.

Mis ojos se encuentran tapados con una venda negra que no me deja ver absolutamente nada. No puedo gritar, pedir ayuda por mi vida porque un trapo mugriento cubre toda mi boca.

El lugar es asqueroso, eso lo puedo deducir debido al terrible olor que emanan las paredes. Estos días he dormido en un viejo colchón, pero eso no evita que pueda llegar a coger un resfriado tarde o temprano. Tengo tanta hambre, es tan fácil de notar que he bajado de peso gracias a la comida que me dan, un simple pedazo de pan y algún tipo de bebida amargo, a este paso sufriría de desnutrición.

Día y noche en este lugar, encerrada, amarrada, sin poder ver nada que no sea oscuridad. Es evidente que la claustrofobia se va apoderando de mí, necesito salir de este lugar. Es agobiante estar en esta situación.

Deseo mover las piernas, abrir los ojos y gozar de mi libertad, la libertad que me han quitado aquellos tipos al raptarme.

No sé exactamente de quién se trata, no he tenido la maldita oportunidad de ver sus rostros debido a que siempre me tienen inerte en el mismo colchón y las cuerdas no son de mucha ayuda que digamos. Ni hablar de cuando tengo que hacer mis necesidades, los malnacidos siempre llevan pasamontañas cuando tengo el único momento para verlos.

Solo sé algo, deseo con todas mis fuerzas regresar a Italia, debí escuchar a mamá, no debí mudarme, deseaba tanto hacer mi propia vida y solo terminé de esta forma.

¿Por qué tenerme en estas condiciones?

¿Por qué mantenerme día tras día en este mugriento lugar sin hacerme nada?

¿Por qué no matarme de una vez?

¡¿Con qué fin me trajeron a este lugar?!

Escucho el crugir de la puerta, aquella de madera que provoca un sonido rechinante tan molesto. Me quedo en completo silencio para escuchar lo siguiente pero nada, lo único que puedo escuchar son respiraciones.

No me muevo, espero el siguiente paso y así lo hacen, se acercan hasta llegar al punto en el que me encuentro.

— Ya es hora... — dice uno de ellos.

— Al fin... — responde el otro y me pone de pie a duras cuestas.

No me remuevo, no forcejeo ni nada por el estilo, estos tipos son unos malditos gorilas mutantes que con el más mínimo movimiento podrían lastimarme, ¿Por qué hacer algo que no tiene sentido? solo lograría que me vayan a hacer algun daño.

Siento las cuerdas de mis muñecas ser aflojadas, seguidas de las de mis piernas, no lo niego, tengo bastante miedo de lo que vayan a hacer conmigo. ¿Ya es hora? ¿A qué se referían exactamente con eso?

El REY de la MAFIA ©1 [Completo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora