Cinco

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El silencio era agradable, le gustaba estar en su casa y obviamente que extrañaba el ambiente familiar. Su madre había salido a hacer las compras por que según ella, se aseguraría de consentir a su pequeño bebé el tiempo que estuviese de visita.

Su padre como era de esperarse, se encontraba trabajando y es por eso que no lo había visto. Y su hermano mayor, bueno, él ya no vivía con sus padres ya que había formado su propia familia.

Jungkook se encontraba en el sofá de la sala, con un libro en sus manos teniendo una agradable lectura. Tenía puesto sus anteojos especiales de lectura, su vestimenta era casual y por supuesto que su rostro estaba libre de maquillaje, eso era lo que más le encantaba. Tener su piel limpia y libre de cosméticos.

Y, al parecer, ya nunca más volvería a usar maquillaje.

Cambio la hoja de ese libro, que básicamente se trataba de la historia de una niña judía.

La historia llegó a conmoverlo y sus ojos se aguaron, se rio de él mismo ya que recién estaba en la tercera página. Si, su lectura recién había empezado.

Estaba tan concentrado que no había escuchado el timbre, extrañado dejo su libro en la mesita de café, y a pasos normales se dirigió hacia la puerta. Miro por la pequeña pantalla aun lado de esta y vio a un hombre con una caja en manos, se encogió de hombros sin llevarle tanta importancia a ese sujeto y abrió la puerta.

-Buenos días ¿Se encontraría Jeon Yeri?

-Es mi madre.-Dijo mientras apoyaba su hombro en el marco de la puerta.-Pero ahora esta en el supermercado y seguramente llegará en un rato.

-¿Que es para la señora? ¿Es mayor de edad?

-Soy su hijo y si, soy mayor de edad.-Suspiro, ya se estaba cansando de estar parado y hablando con un tipo que no iba directo al grano.

-Bien, me gustaría que firme aquí.-Le entregó una plantilla más una pluma, Jungkook los tomó entre sus manos.- Esto ella lo ordenó por Internet.-Señaló la caja entre sus manos.-Y disculpe por ser tan molesto pero así es el trabajo.

-Entiendo, no se preocupe.-Mintió, por su puesto que lo hizo por que no tenía ni la menor idea. Firmó ese papel si nisiquiera tomarse el tiempo de leer, era de su madre no suyo.

-Que tenga un agradable día.-Dijo el hombre cuando tuvo la planilla una vez más entre sus manos y Jungkook la caja.

-Igualmente.

Entró nuevamente a su hogar y cerró la puerta tras de él. Como él no era una chismoso, dejó la caja en el suelo, más específico aun lado del mueble de la televisión. Una vez echo eso, se dirigió al sofá para seguir con su lectura.

Estuvo sentado por dos horas más, su madre ya había llegado del supermercado por lo que ahora se encontraba cocinando.

En el poco tiempo que se encontraba nuevamente en su casa, no le dio lugar a la tristeza en su interior. Simplemente se dedicó a ser un joven con una vida normal, dejó su fama aun lado y se comportaba como solia ser a sus quince años.

No le había avisado a los miembros sobre su llegada, a pesar de haber pasado poco tiempo, los extrañaba. Estaba acostumbrado a ellos y los extrañaba, pero aun así se rehusó a hablar con ellos, en especial con él.

Se acomodó de mejor forma y suspiro tratando de no pensar en ellos.

-Jungkookie.-Su madre llegó hasta estar frente suyo, mientras se despojaba del delantal de cococina.- Olvide traer algo del supermercado.-Tiró su delantal en el sillón.- Regreso en un momento ¿Si, amor?

[BTS] Nuestro Secreto♢JiKook♢ Mini-FicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora