Parte 1

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No se puede explicar con palabras el sentimiento de perder a alguien que quieres mucho, no hay palabra para explicar el sentimiento que se siente cuando te enteras de que perdiste al amor de tu vida, no hay palabras para explicar lo que se siente cuando un día antes era todo risas y felicidad y ahora, solo queda un mundo triste, sin color y estéril. Lo que antes era una promesa inocente, ahora era una promesa seria, que el amor eterno hacia ti nunca moriría aun que tú lo estuvieras, esa llama que despertó jamás se apagaría y seria como la rosa roja atrapada eternamente en la vitrina de vidrio.

El tiempo pasaba lento, mi mirada era totalmente fija a las rosas rojas, mientras el sonido de las suelas de mi zapatos resonaban en mi cabeza una y otra vez hasta llegar a la ataúd "mi corazón es tuyo y ahora te lo llevaras a la ataúd" esas fueron mis últimas palabras antes de colocar las rosas rojas y retirarme con los ojos llorosos y con la mirada perdida que por un mini-segundo fue robado por una figura que no reconocía pero rápidamente fue sustituida por unos brazos cálidos que transmitía desesperación y pedía a gritos consuelo. ¿cómo se le explica a alguien el sentimiento de estar perdido y que sientes que algo te falta? ¿como?

4 meses después

...Y ahora que ya no estoy "se dispuesto a una segunda oportunidad" Releí la carta mientras sentía mi corazón romperse, había perdido la cuenta de las veces que deseé tirarme un tiro, pero eran claros tus últimos deseos y tenía que luchar por ello. Guarde la carta al ver el pedido ya listo siendo acomodados por Tony en la bandeja de metal, lo tome con cuidado y me encamine hacía la mesa correspondiente.

­— aquí tiene su caffé corretto.Deje en la mesa de cristal la taza de café. — si desea algo más estamos a sus órdenes. — me enderece y mire a la persona la cual mantenía su cara oculta por  documentos que leía. —

­— muchas gracias. ­— bajo los documentos y mi piel se puso de gallina, su voz, su rostro tan esbelto, sus ojos y acento, la conocía de algún lugar. —

Un vago recuerdo paso por mi cabeza, el recuerdo de una mujer delgada, de buena figura, apariencia extranjera y aparentemente de una sociedad de alto rango. La mujer desconocida por todos, la mujer que creaba muy al fondo de mi ser, curiosidad, era la mujer del funeral

— di-disculpe. — acerque un poco mi mano para llamar su atención y esta me miro con desinterés que automáticamente fue remplazado por una de asombro. —

— Lee... Taeyong. — dijo en un susurro que alcance a escuchar.

— ¿sabe mi nombre? — dije desconcertado.

— yo... era la amiga de Haneul. — tenso su mandíbula y desvió la mirada. —

Sentí un frío recorrer mi espalda al escuchar nuevamente aquel nombre

— n-no tenía idea yo. — tragué saliva y empecé a ponerme nervioso.

— Que descortés, me presento. — se levanto de su asiento desviando el tema mientras me estiraba su mano que me daba a la vista a una mujer delgada de buena vestimenta de trabajo. — Mi nombre es Odilia, Odilia Bulghenodi 

Segunda oportunidad - Lee TaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora