Seiya Kou, era un joven seductor, apuesto y adinerado. Estaba consciente de sus encantos y sabía que bastaba con hablarle seductoramente a una mujer y ¡Paff! La chica era suya. Esto le había permitido conocer a toda clase de mujeres, pero ninguna de ellas pudo enamorarlo o al menos, hacer que Seiya no perdiera el interés en menos de un mes.
Los padres de Seiya, eran empresarios exitosos, debido a eso, sus ingresos eran bastante altos, pero también debían viajar y ausentarse de casa por demasiado tiempo. Así que aparte de enviarle dinero y pagar las deudas de la casa, Seiya tenía servidumbre a su disposición que cubrían algunas de sus necesidades básicas como asear la casa, hacer la comida, lavar su ropa, entre otras cosas.
Faltaban pocos días para noche buena, Seiya recibió una llamada telefónica de su madre, quien le explicaba que les sería imposible viajar para pasar la navidad con él porque su padre debía cerrar un negocio realmente importante el día 26 en Londres. Seiya estaba algo acostumbrado a que situaciones como esas pasaran, lo que no significaba que no le dolieran.
Para poder despejar su mente, se dirigió al centro comercial de la ciudad. Las calles y todas las tiendas estaban adornadas con decoraciones navideñas, los Santa Claus estaban en cada esquina y los villancicos sonaban por doquier. Seiya se sintió algo melancólico, en su mente intentó recordar la última navidad que pasó en familia, sin embargo, no pudo recordarlo, pues debió de ser hace mucho tiempo.
Pasó por diversas tiendas para comprarse ropa, cuando iba entrando a una de ellas, su mirada se detuvo en una joven rubia, de grandes ojos azules, muy guapa, con un peinado muy peculiar. La chica se encontraba pidiendo donaciones en juguetes para niños de un orfanato. Tenía una gran caja vacía junto a ella, lo que mostraba que las donaciones no iban muy bien.
— Hola, mi nombre es Seiya. Veo que estás haciendo caridad. ¿Qué te parece si dejas este aburrido trabajo y vienes a dar un paseo conmigo? Una joven tan guapa como tú, no debería gastarse en asuntos que le fueron impuestos. ¿Qué dices? ¡Vamos a divertirnos! —dijo Seiya, mostrando una gran sonrisa. Sabía que su sonrisa era una de sus armas irresistibles para seducir.
— Primero: Nadie me ha impuesto nada, hago esto porque quiero. Segundo: A mí no me parece aburrido lo que hago en lo absoluto y tercero: No me interesa dejar esto tan importante que hago, por salir a dar un paseo con un "pelmazo" como tú —dijo la joven, sin siquiera mirar a Seiya.
Él no podía creer que la chica le hablara de esa manera, porque a él jamás le había pasado algo como tal.
— Te pido disculpas si te ofendí. Pero si realmente este "trabajo" es importante para ti, puedo aportar el dinero que gustes —dijo Seiya, intentando ocultar su frustración. Él debía hacer que la chica bajara la guardia para poder seducirla, porque ella debía ceder, él no estaba dispuesto a que le dieran "calabazas" porque era él quien lo hacía siempre, esa chica no sería la excepción.
—No, gracias. No necesito dinero, solo acepto donaciones en juguetes o caramelos. Ahora, si no tienes ningún juguete para donar a los niños, puedes retirarte ¡Por favor! —habló la chica, con voz áspera.
Seiya apretó los puños y entrecerró los ojos con frustración. ¿Quién se creía esa chica? Nadie ignoraba de esa manera a Seiya Kou ¡Nadie! Se giró sobre sus talones y se metió a una tienda, compró la mayor cantidad de juguetes que pudo cargar y se los llevó a la chica.
— Aquí está mi donación. ¿La aceptarás ahora? —preguntó con un leve tono de molestia en la voz.
La rubia lo miró con recelo y aceptó la donación, agradeció casi en un susurro.
— Imagino que ahora al menos, me merezco saber tu nombre. Además, con todos estos juguetes puedes respirar tranquila por hoy y aceptar mi invitación a dar un paseo —dijo Seiya curvando una sonrisa.
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"Deseo de Navidad" (Sailor Moon)
FanfictionSeiya Kou es un joven apuesto, adinerado y seductor, acostumbrado a que todo en la vida lo consigue. Un día conoce a Serena, una chica de origen humilde, con un mundo totalmente diferente al suyo. Seiya no parará hasta conquistarla, sin saber que...