Parte unica

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-Quiero crecer- Murmuro el duende pensativamente

-Pues crece- Le respondió el gigante

-No, mejor achícate vos, así resolveríamos dos problemas en uno, yo me sentiría más grande y vos no molestarías al rey con tus ronquidos, ¿sabes qué? Ya puso precio a tu cabeza.

-Eso no me preocupa- Respondió el gigante con voz ronca- Mi cabeza ya tenía precio desde hace mucho tiempo, mi tercer ojo puede ser una maldición pero sus lágrimas otorgan el poder de la vida eterna a quien la mezcle con leche de cabra. Más de una vez me han perseguido por el.

-¿Y por qué una maldición?-Pregunto el duende

-¿Nunca lo has notado?, no se cierra, me proporciona un ardor desagradable de la noche a la mañana

-¿Y por qué nunca intentaste quitártelo?

-Porque es como un segundo corazón para mi, se me lo quitaran moriría

-ha, como les pasa a las hadas del norte con sus muelas

-Exactamente.

Pasaron un rato en silencio, un rato largo para los humanos(5 horas y 23 minutos para ser exactos) pero imperceptible para quienes viven miles de años, el duende, como siempre, rompió el silencio con su voz burlona:

-No hay remedio, Quiero crecer

-Pues crece-Respondió el gigante aburrido

-Ya sabes bien que no puedo

-Entonces, no crezcas

-Pero yo quiero crecer

-Entonces busca la forma de hacerlo y deja de molestarme con tus gruñidos-El gigante cerro los ojos y empezó a dormir, por mucho que gritara o lo pateara, el duendecillo no logro despertarlo y se marchó refunfuñando.

ReinaWhere stories live. Discover now