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Ya no te puedo dejar de querer
Nos hemos reído y llorado los tres
Yo quiero darte mi alegría
Mi guitarra y mis poesías
Y solo se me ocurre amarte.

Capítulo 1| El dolor del placer



           —No vayas. Quédate aquí, conmigo.



         Que fácil fue tomar su mano y darle el móvil que vibraba sin parar anunciando llamadas de sus hermanas, dejar que Harry apagará el aparato y lo dejará caer a un lado, tirando de él para pegar sus cuerpo y mirarle con intensidad. Fue fácil sucumbir al encanto salvaje que emanaba el cuerpo de Harry. Dejarse llevar por el momento, por el anhelo que fluía por sus venas cada vez que Harry le pedía que se quedará, como si realmente lo necesitará para vivir. Harry no cambió su expresión ni un ápice, pero sus ojos brillaron en satisfacción y Louis, en la bruma del deseo que le hacia perderse, se preguntó que tan enfermo era aquello, sin embargo cualquier pensamiento coherente se esfumó de su mente cuando los labios del mayor tocaron su mejilla, en una caricia suave, tierna y más que nada íntima.

        Harry fue abrasador esa noche, violento y placentero, contrastando la rudeza de sus movimientos con la caricia suave de sus labios depositando besos castos en su rostro y Louis se perdió como siempre en él, fundiéndose deliciosamente bajo su piel mientras su cuerpo expresaba lo que en voz alta jamás dijo.

        —Louis—. Le dijo Harry, con voz profunda y afectada por el placer, pegado su frente a la suya mientras seguía golpeando con fuerza dentro de él. Ya hacía rato que Louis se había venido y se sentía drogado por la fuerza del orgasmo. Harry seguía embistiendo en busca de su propio orgasmo, cada vez con más fuerza y rapidez—Estaba bien si te vas, —Murmuró estaciado— pero siempre vuelve, vuelve a mi. A mis brazos y a mi cuerpo, por que así debe de ser. Por que me perteneces.

         Louis miro al techo, perdido, con las piernas abiertas y el pecho latiendo ante el placer y el amor, sintiendo como su cuerpo era arrastrado ante cada estocada. Escucho las palabras de Harry lejanas, haciendo eco en su mente y pensó si Harry también era suyo, si el amor era recíproco. Quiso preguntarle, pero Harry arreció el ritmo y Louis tembló, cerrando los ojos con fuerza y lo único que pudo hacer fue chillar de placer cuando Harry alcanzó el orgasmo y se corrió dentro de él.



          

         Despertó abrumado, apoyándose de las manos en el colchón, cansado y con las pestañas pegadas a las inferiores dejando en claro la intensidad del sueño.

        —Te tiene que ir—. Habló Harry desde el otro extremo de la habitación, mientras levantaba del suelo sus pertenencias— Lottie a llamado, al parecer es urgente.

Harry se acercó con rapidez a la cama y Louis abrió los brazos aún aturdido por el sueño para recibir las prendas de ropas arrugadas sin mucho esfuerzo por tomándolas por completo y miró, desconcertado, como el teléfono se deslizaba entre las sábanas.

        —Hey Louis—Harry chasqueo los dedos en sus ojos, sacudíenlo con suavidad del hombro—Te tienes que ir—Repitió—, vístete, yo iré a llamar al portero para que te tenga el auto listo.

Louis atino a asentir al ver que Harry esperaba una respuesta y miro aún soñoliento como este salía de la habitación y desaparecía de su vista. En realidad tardó unos minutos en ubicarse y recordar el sexo intenso y extasiado de la noche y comprendió el dolor en sus musculos, más intenso en la parte baja de la espalda y se levantó con torpeza, dejando que la ropa cayera al suelo y tomó el pantalón de la alfombra, poniéndoselo torpemente con una mano mientras que con la otra prendía el celular, se colocó la camisa aprisa y pasando de los calcetines se puso las zapatillas. Tomó el celular y busco el número de su hermana en la agenda mientras que tomaba la cartera del suelo y las llaves, yendo directo a la puerta con el aparato y se aguantó las ganas de ir al baño, buscando a Harry por la estancia.

-¡Louis!-Grito Lottie al coger la llamada y Louis se apresuró a llegar a la puerta de entrada al escuchar los sollozos del otro lado de la línea-¡Te he estado llamado desde a noche...

La llamada se cortó y Louis comprobó que el teléfono se había quedado sin pila al mirar la pantalla en negra y gruñó, abriendo la puerta con fuerza y corrió por los pasillos, mientras se reprochaba internamente por todo. Desesperado bajo las escaleras, pasando del elevado ocupado y las bajo de dos en dos, sintiendo como el corazón le latía descolocado y el pecho se le oprimía cada vez ante el fatal presentimiento que algo malo había ocurrido. El estacionamiento lo recibió frío y solitario como la noche anterior, de inmediato reconoció el auto ya en el portón del edificio ya corrió hacia allá. El presentimiento seguía ahi, picando molesto en su interior y la voz de su hermana seguía sonando en su mente. Con manos temblorosas recibió el abrigo que Harry le tendió, con el rostro serio e indescriptible como siempre. Louis quiso preguntar, decir cualquier cosa pero la mirada de Harry tan egoísta y enigmática como siempre le cortó la respiración, se sintió herido de una manera inexplicable y cuando Harry dio un paso hacia atrás sin decir nada, Louis sintió como el coraje le ardía en las venas. Con lo más parecido al arrepentimiento se dio la vuelta y abrió la puerta del auto, dejando caer descuidadamente el abrigo al asiento del copiloto y encendió el auto, pisando el acelerador con fuerza mientras algo dentro de él se rompía ante el silencio de Harry.

Fueron diez minutos después que lejos del edificio y conduciendo en una carretera solitaria a toda velocidad que conectó el celular al cargador del auto y aumento la velocidad. El teléfono no tardo en prender y Louis buscó el número de su hermana, descuidando el camino un momento y conduciendo con una mano mientras que con la otra sostenía el teléfono. De repente una llamada entró, iluminando la pantalla y Louis frunció el ceño al ver el nombre de Harry, pensó en no contestar pero pronto contesto y puso el altavoz.

-Tu mamá murió.

Louis dejó caer el celular y frenó con fuerza, apretando el volante en sus manos. El auto derrapo, quemando combustible y Louis se vio envuelto entre humo grisáceo con olor a quemado, pasaron varios minutos antes que saliera de la ensoñación, que reaccionó y busco el celular, mirando que Harry había colgado y soltó un grito. Louis le pego al volante con fuerza mientras su vista se nublaba por las lágrimas y el dolor se extendía con rapidez por su corazón. Negó repetidas veces, intentando creer que a aquello era una mentira cruel de Harry. En algún momento bajo de auto y comenzó a golpear los neumáticos perdido en su dolor y la desesperación, no supo cuanto tiempo pasó pero unos brazos lo rodearon tirando de él hacia atrás y fue cuando se percató de su propia sangre en la pintura del auto. Cayó al suelo junto con la persona que le gritaba que se calmará, se oyó asimismo gritar en llanto, llamar a su madre en gemidos de dolor y cuando busco el rostro de la persona que lo abrazaba miro con decepción que no se trataba de Harry.












Las primeras líneas son una canción de Alejandro Sanz, se llama; Sólo se me ocurre amarte, pero si quieren oirla.

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