Diego interrumpió a medias nuestro abrazo y nos separamos un poco. Estábamos cerca, muy cerca. Sus ojos recorrían mi cara suplicantes. Nuestras respiraciones chocaban y no podía seguir teniéndolo tan cerca y reprimir las ganas que tenia de besarlo.
Sus brazos abandonaron mi espalda y posó sus manos en mis mejillas, acercando un poco más nuestros rostros. Junté nuestros labios y le costó reaccionar, supongo que porque no esperaba que fuera yo la que lo hiciera.
Había esperado tanto ese momento que pensé que nunca iba a pasar. Tenía una mezcla de sentimientos, estaba feliz, pero no del todo porque otra vez nos íbamos a separar.
-Perdón, ya me voy- dijo Natalia interrumpiéndonos. Nos separamos abruptamente y ambos seguimos sus movimientos con la mirada.
Diego volvió a abrazarme cuando su hermana se alejó.
-Te voy a extrañar- susurró despacio en mi oído y luego dejó un beso en mi cuello.
-Yo también die, mucho- contesté mientras me perdía en el tacto de sus dedos en mi espalda.
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