¡Kwon Soo Ah!

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~Era muy de mañana en Caterlot, nuestros amigos Ponys estaban en problemas.

- ¡Oh no!, ¡Es Justin Nial Lynch lachowski y viene a destrozar la ciudad!

~Entonces apareció ¡Nuestra genial súper heroína-

- Oye piojo, ¿Ya terminaste de escribir sobre tus burros fumados? -Preguntó un aburrido HyungSuk a su mejor amiga.

- ¡My little Pony es la mejor serie del mundo! -Exclamó en respuesta- Y no son burros fumados -Murmuró con un ligero puchero y su seño fruncido.

El más alto bufó burlón.

- Burros, yeguas, J-hope, caballos, ponys -Rodó los ojos- son la misma cosa.

- ¡J-Hope no es un caballo!

- ¡Claro que sí!

- ¡Que no!

-¡Que sí!

- ¡Mentira!

- ¡Son idénticos! -gritó con obviedad mientras le mostraba la foto en su celular a la contraria, donde claramente se podría apreciar el parecido entre el chico y el animal.

La castaña iba a responder con una ofensa dirigida a su mejor amigo cuando el típico sonido de su celular, que indicaba una llamada, se escuchó.

—Diga.

— Tenemos un 678 en camino, súper Soo.

— Ay, no mamen. —Bufó molesta- ¡Estaba escribiendo mi fanfic sobre My Little Pony!

El peli negro de su mejor amigo escuchaba la conversación un tanto confundido.

—La veo en el centro.

Y sin decir más, colgaron.

— Vámonos, Hyungsito — Ordenó Kwon molesta— Vamos a patear traseros.

Park no podía estar más que emocionado ¡Al fin algo de acción! Tomaron sus máscaras y salieron disparados hacía el centro de la ciudad.

Hubieran llegado antes de no ser por Soo que se tropezó a mitad de camino y ya que Park estaba sobre ella ambos cayeron de cara contra el frío suelo.

— ¿Dónde te dijeron que estaba? —Preguntó un muy cansado HuyngSuk a su mejor amiga. Esa caída por poco y arruina su cara.

— ¿Qué carajos voy a saber? Sólo me dijeron "La veo en el centro" —Contestó con una pésima imitación de su amiga. Todavía le dolía su pobre nariz.

— ¡Ahí están, que no huyan!

— Bueno, entonces vamos a la tienda de allá —bramó Park aburrido al no ver señales de su amiga para después señalar la tienda de conveniencia frente a ellos.

— ¡No corran!

— Vamos entonces.

Al entrar a la tienda, Hyung no podía contener su emoción.
Demonios, tanto para robar. Pensaba feliz pero no valía la pena intentar robarlo, era obvio que Soo no lo dejaría.
A veces esa castaña podía ser un dolor de culo insoportable.

Comenzó a vagar por cada pasillo, deleitándose de los maravillosos productos que éste le ofrecía como el consumista que era. No podía aguantar más, necesitaba robar aunque sea un chocolate de la caja registradora pero no, Soo le haría pagar hasta por el mínimo chicle que se atreviera a tocar.