Una fría brisa congeló el rostro y cuerpo de SuMin, volando sus castaños cabellos y despeinando su recién peinado flequillo al salir de su casa. Puso una cara de disgusto al sentir el frío colarse por su sedoso vestido y su fino saco. Cerró este último y se dirigió rápidamente hacia la limusina que se encontraba a algunos metros, la cual venía a buscarla. Se adentró en esta, recibiendo una agradable bienvenida de sus amigas NaHyun y EunAe.
—Hola chicas. Lamento la tardanza, no encontraba el regalo. —Habló con una agitada voz debido a su apuro, mostrando la bolsa que llevaba en su mano. Apenas terminó de subirse, el vehículo emprendió su camino—.
—No te preocupes, aún tenemos tiempo. —Contestó NaHyun, quien se encontraba abrazada al brazo de EunAe, mirando la hora en su celular—.
SuMin las miró con una sonrisa, encontraba muy lindo que sus dos amigas aún se quisieran de esa forma luego de tantos años de relación. Una parte de ella envidiaba eso, SuMin no tenía una relación desde hace mucho, la última había sido con su amigo de la secundaria DaeHyun, pero terminaron luego de unos meses, cuando este le confesó que ya no sentía atracción alguna por las mujeres.
Ella no podía culparlo, más de una vez había ojeado a alguna chica estando aún con él, aunque siempre terminaba repitiéndose a sí misma que estaba mal y que debía dejar de hacerlo.
—Escuché que DaeHyun y YoungJae vendrán. —EunAe rompió el silencio, tenía la seguridad de que a SuMin ya no le dolía, por lo que hablaban liberalmente sobre él—. Me pregunto como se verán, ¿Creen que hayan cambiado mucho?
—No lo sé, no puedo imaginármelos de otra forma. —Respondió SuMin sonriendo y mirando hacia la ventana—.
—Tal vez estén más viejos. —Acotó la pelinegra, riéndose con su novia, pero SuMin no les estaba prestando atención—.
Había comenzado a llover y la vista de SuMin se dedicaba a ver las gotas caer por la ventana del automóvil, apoyando su cabeza sobre el frío vidrio y viendo como el paisaje detrás de este seguía moviéndose de forma borrosa. Se sentía algo cansada y aún faltaba media hora para llegar, pero de todas formas no podría descansar, tendría que estar lo más despierta posible y pasarla lo mejor que pueda, pues estos eventos no ocurren todos los días.
Comenzó a cerrar lentamente sus ojos, dejándose vencer por el sueño, puesto que no había dormido nada por haber estudiado toda la noche, cuando una conocida canción la trajo devuelta a tierra. De su teléfono se podía oir Taxi Driver de una de sus cantantes favoritas y mamá de una de sus amigas, Jun Hyo Sung. Tomó su celular un poco somnolienta y vió quién era el que llamaba. Era su madre. Desloqueó la pantalla y la atendió. Sus amigas la miraban expectantes por saber quién era.
—Hola ma... —Habló SuMin por el teléfono—. Sí, sí, estoy bien, ya estoy yendo.
—¡Hola señora Jung! —NaHyun y EunAe gritaron desde su lugar, saludando a la madre de su amiga. SuMin las miró disgustada—.
—Sí, sí, ella también les manda saludos —Les dijo moviendo su mano para que dejaran de hablarle—. ¡No estoy siendo grosera! —Frunció su ceño mientras se dirigía a su madre y sus amigas comenzaron a reirse—. Ya, ya, te dejo, estoy bien, gracias por llamar, adiós. —Cortó la llamada una vez dicho eso—.
—Ah, qué grosera eres SuMinnie. ¿Cómo tratas así a tu madre? —Bromeó NaHyun, provocando que las otras dos rieran—.
—Por cierto... no les pregunté —Recordó de repente la castaña—. ¿Qué tal el trabajo, NaHyunnie?
Kim NaHyun era una muy conocida modelo, siempre salía en las revistas y en la televisión haciendo publicidad. Su belleza era muy apreciada por toda Corea, por lo que era muy necesitada para este tipo de promociones y al mismo tiempo, era muy bien remunerada.
—Oh, muy bien. Ayer terminé de filmar una publicidad para una marca de cremas corporales, fue bastante fácil. —Contestó la pelinegra con una sonrisa, le gustaba mucho aparecer en la pantalla—.
—Eso es genial, cuando vuelva a casa deberé verla. —Dijo SuMin y ambas rieron—. ¿Y tú, EunAe-sshi?
Jo Eun Ae estudiaba medicina en la Universidad de Seoul, una de las más prestigiosas de Corea. Estaba en el cuarto año de su carrera, al igual que SuMin, por lo que ya implementaba el modo práctico de ir a los hospitales a ayudar en la sección de pediatría o ser asistente de los médicos, cosas simples para alguien aún sin título que no implicarían riesgos.
—Oh, ¡Es genial! —Se sobresaltó EunAe de su asiento, hablando con emoción—. Los estudios son algo pesados y agotadores, pero ir al hospital es super divertido. Casi siempre cuido a los niños con cáncer o les llevo su comida a los discapacitados, también les hacemos reir junto a SeulGi. —Comentó enorgullecida del trabajo que hacía con su amiga en el hospital—.
NaHyun rodó los ojos debido a lo dicho por la de cabellos rojizos, por lo que SuMin se limitó a reir.
—Parece que hay celos por casa. —Habló mirándolas e hizo que la pelinegra bufara, provocando que su novia la envolviera en un gran abrazo para desenojarla; EunAe sabía como solía ponerse cuando hablaba sobre SeulGi—.
Justo cuando menos se lo esperaban, la limusina se detuvo. El chofer de esta se bajó del vehículo y cruzó hacia donde se encontraba la puerta de los pasajeros, abriéndola y parándose linealmente junto a ella.
—Hemos llegado a su destino, señoritas. —SuMin se incorporó y bajó primero, seguida de sus otras dos amigas; las tres agradecieron al chofer amablemente y emprendieron su camino al estar fuera—.
A suerte de ellas, para cuando salieron ya había parado de llover, por lo que sus vestidos se encontraban intactos, aunque la temperatura era aún fría.
Se encontraban en la puerta de una Iglesia junto a muchas otras personas, todos invitados a la misma. Las tres no se despegaron en ningún momento y comenzaron a fijarse en si conocían a alguien de entre la gente, cuando afortunadamente se toparon con la madre de su comprometida amiga.
—¡Señora Jun! ¿Qué tal está? —Comentó NaHyun amablemente haciendo una reverencia, seguida por sus dos amigas. Las tres se quedaron casi babeando por lo hermosa y elegante que se encontraba la señora Jun; no había cambiado nada—.
—Oh, ¡NaHyun! ¡EunAe! ¡SuMin! ¡Cuanto tiempo! —La señora pelirroja se acercó hacia ellas para abrazarlas con una gran sonrisa, dando a notar sus características encías. Las había hechado de menos ya que desde que todas se habían vuelto mayores de edad y vivían solas, no volvieron a pisar la casa de HyoSung—. Estoy muy bien, muy feliz por mi hija. ¿Y ustedes?
—Nosotras también, estamos muy feliz por nuestra EuiJinnie... —Contestó adorablemente EunAe y todas sonrieron—.
—Debo ir a saludar a más familiares e invitados, chicas, con permiso. Es un gusto verlas de nuevo... —Las tres asintieron y vieron como HyoSung se perdía entre la multitud—.
Todas se quedaron conversando y viendo de lejos a algunos familiares de EuiJin que reconocían de vista, pero a los que nunca les habían dirigido la palabra. No muchos minutos después, las puertas de la iglesia comenzaron lentamente a abrirse y todas las personas se dirigieron a su entrada, dejando la vereda casi vacía. EunAe, NaHyun y SuMin no se quedaron atrás y siguieron al resto.
ESTÁS LEYENDO
everlasting love ★ suminjae
FanfictionLuego de cuatro años sin verse, MinJae y SuMin vuelven a encontrarse por obligación en la boda de una amiga en común, donde ambas son damas de honor. Todos los sentimientos y recuerdos que yacían en el pasado vuelven a florecer en ellas como si nunc...