Cuentos Para Niños Felices.

El niño y el caramelo.

En el pequeño Pueblo llamado Yunque, había un pequeño niño que vivía con una gran familia que estaba compuesta por, su madre, su padre y sus 3 pequeños hermanos. Eran muy pobres, así que no tenían mucho dinero, vestían con ropa hecha por la madre usando pedazos de tela que encontraban o que les regalaban. El padre trabajaba limpiando y engrasándo las botas de algunos hombres que se encontraban en la plaza del pueblo, ganaba unas cuantas monedas pero eso solo bastaba para comprar dos piezas de pan para su familia.
Un día, al padre le había ido muy bien en el trabajo, estaba feliz por que había ganado mas dinero de lo habitual.
Llegó a su hogar felizmente entonces, mando al niño a comprar 5 piezas de pan y un frasco de jalea de arándanos.
El niño salio corriendo de donde se encontraba.

Después de comprar las piezas de pan se dirigio a una dulcería para comprar la jalea. Enseguida pidió al hombre del establecimiento la jalea de arándanos, el hombre fue a buscar la en su bodega, entonces el niño empezó a recorrer la dulcería.
Observó que había muchos dulces que se miraban muy deliciosos.
Habían...
bolitas de chocolate, chicles de muchos colores, dulces frutales, y muchos más pero... Había un caramelo en especial. Era pequeño, tenia envoltura color verde jade, los demás dulces se veían mas deliciosos pero, ese caramelo tenia algo en especial. Contó las monedas que tenia, pero solo podía comprar la jalea. El niño pensó algo terrible, entonces, rápidamente tomo el caramelo y lo metió al bolsillo de su pantalón, se fue al aparador a esperar al hombre para que le pudiera dar la jalea y por fin irse a su hogar.
Después de 4 minutos el hombre le dio la jalea y el niño le dio el dinero que correspondía.
El niño muy feliz salio del establecimiento, saco de su bolsillo el pequeño caramelo, le quito la envoltura lentamente, y lo hecho a su boca saboreándolo.
Llegó a su hogar con el caramelo en la boca muy emocionado.
Puso las cosas que su padre pidió que fuera a comprar en la mesa, llamó a su familia y se sentó.
Su familia muy emocionada empezó a prepararse el pan embarrandolo de deliciosa jalea. Entonces, el padre notó que el niño jugueteaba con algo en la boca, el hombre se paro de el asiento de donde se encontraba y le pidió al niño que escupiera lo que tenia dentro de ella, acercándole la mano extendida a la boca.
El niño aterrado, con sus dedos, saco el caramelo que había Hurtado de la dulcería.
El padre enseguida dándose cuenta que el niño había robado el caramelo, muy furioso, llevo al hijo a su taller.
Ya dentro, le pidió que se sentara
En una silla de madera muy vieja que se encontraba frente a un escritorio, igual muy viejo y de madera. Le pidió que pusiera las manos con las palmas arriba, entonces... El hombre tomó una antorcha, la cual prendió con el fuego que se encontraba en la chimenea.
Tomando las manos del niño, el hombre quemó las palmas del pobre, diciendo que este era el castigo por ser ladrón. El niño, observaba como su piel caía al piso como si fuera la cera de una vela, gritando extremadamente fuerte de dolor, llorando de terror, tristeza y de arrepentimiento.
El hombre harto de los lloriqueos y suplicas del niño, tomó un cuchillo y le corto la lengua al pequeño, echandola a la chimenea, mientras que en niño agonizaba del dolor.

Moraleja: 
No robar.💕