¡¡tu Y Yo Tenemos Gemidos Pendientes!!

Recordemos.

Vince: "¿Y Stephanie?" –Pregunté a mi esposa a mi lado mientras veía por todas partes–

Linda: "Esta ocupada arreglando un asunto" –Dije tranquilamente–

Vince: "¿Se quedó con Hunter" –Pregunte de nuevo y una sonrisa se formó en mi cara nada me haría más feliz por verla con un verdadero hombre que la respeta. Y que además es de mi absoluta confianza–

Linda: "Así es" –Asentí– "Y no hagas mas preguntas" –Dije tomándolo del brazo mientras caminábamos por los pasillos de nuestra empresa–

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Hunter.

Cuando escuché una vez más decir a Stephanie que no estaba lista, se me destrozo el corazón yo la amaba y la quería a las buenas. Pero el único problema era que cuando la tocaba no podía parar. Mis manos iban cada vez más arriba de sus muslos mientras ella seguía advirtiéndome que no lo quería. Que me detuviera. No en ese momento no estaba pensando con la cabeza. Mi cara se perdió entre su cabello, dejaba que sus rizos acariciaran mi piel. Sus manos estaban apretadas en mis brazos y cuando menos lo sentí sus largas uñas pintadas de blanco se hundieron en mi piel, en el instante que mis dedos apartaron su ropa interior de algodón hacia un lado para introducirse en los ligeros pliegues de su piel sensible. Mis dedos rápidamente se sintieron apretados en su interior. Fue tan exquisito y sublime a mi ver, baje por su cuello y logré apartar una porción de su camisa de trabajo, tan pronto lo hice lleve mi boca a darle un mordisco a su hombro, sentí como ella se estremeció y encogió su hombro, decidí subir y succionar un lado de su perfecto cuello, lo chupe tan fuerte que ella dejó soltar un pequeño grito ronco y con ello lo deje ir.

Levante la mirada y sus tiernos ojos se conectaron con los míos. Ella me miraba con una mueca retorcida en su cálido rostro, aunque de momento ella me sorprendió dándome un empujón hacia atrás lejos de ella. Me tomó un momento asimilarlo, de verdad la quería más que a nada.

Stephanie: "¡¡Dije que no!!" -Me arme de coraje ante lo que estaba sucediendo y logre alejarlo de mí espacio. Me tomó tiempo pero era la mejor decisión en esos momentos mi semblante de mujer fuerte no podía decaer antes los encantos de ese hombre. No estaba preparada ni mental ni físicamente para estar con alguien desde que perdí a mi bebé. Y estaba decidida a nunca volver a embarazarme. No, no para sufrir.

Hunter: "Está bien..Está bien, ¡Perdón!" -Dije poniendo mis manos en alto mientras veía como ella se bajaba de la mesa y se acomodaba su braga junto con su falda. Su pecho aún estaba agitado y sus respiraciones eran sumamente profundas. Era hermosa verla como sus piernas aún temblaban resintiendo mis toques más antes.

Stephanie: "Solo....Ábreme la puerta ¿Quieres?"
-Le pedí en lo que arreglaba mi maquillaje debajo de mis ojos con mis dedos. Aún estaba flaqueando. Sentía una fuerte corriente palpitante entre mis piernas. Si lo quería, pero tenía miedo. El lindo rubio se volteó y me miro de nuevo con sus hermosos ojos apenados-

Hunter: "Emm...si, como quieras..." -Dije todavía aturdido. Antes de verla salir una vez más la detuve, tenía que verla otra vez- "Stephanie nos podemos ver esta noche" -La mire y ella hizo una cara no muy convincente- "¿Por favor?" -Intente suplicarle-

Stephanie: "Hunter realmente tengo...." -No me dejó terminar, cuando sus labios ya estaban contra los míos. Sentí como cada sensor de mi cuerpo se volvió a activar. Su barba me raspaba pero se sentía tan bien- "¿Por favor?" -Me volvió a pedir con sus ojos avellanados mirándome fuertemente- "Si....si te veré más tarde" -Dije tratando de darle una media sonrisa, el me la devolvió y soltó mi mano, me fui pero no directo a mi oficina como siempre, sino más bien, tenía que estar supervisando que todo estuviera listo para el show de esta noche. Tenía que ir revisando cada maldito apartado de la empresa para luego tacharlo de mi lista. Después de unas cuantas horas de estar hablando con muchas personas, de estar caminando y corriendo, mis pies dolían y los tacones no ayudaban en nada. Mi papá vino a mi y dijo que ponía tomar un descanso, le di las gracias. Me dirigí a mi oficina pero mis pies no daban para más lejos así que me quedé en unas de las salas de espera, no había nadie así que estaba bien para mí tener paz y silencio por unos minutos, deje caer mi cabeza en el respaldo y me tomé el tiempo para tomar un largo suspiro.